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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Degradación ortográfica

Dos motivos me mueven a escribir esta carta. El primero es el venir observando la degradación progresiva que la ortografia sufre desde un tiempo a esta parte en su periódico. El segundo, el haber leído la carta del señor Ramón Huesca, Pérez, de Sant Boi de Llobregat (EL PAÍS, 4 de abril de 1983).Pejando a un lado la sintaxis, asi. como algún que otro error debido a simple despiste (como aquel titular en que se decía que se había levantado un monumento a la intolerancia, en no sé qué ciudad que no puedo citar porque he perdido el recorte), quiero referirme al magnífico caos que ustedes organizan con los acentos. Es tan prodigioso el revoltillo que se arman, que no tengo más remedio que pensar que los ponen a ojo. La del acento debe de ser la tecla loca de EL PAÍS. Por otra parte, las ges y las jotas se ceden unas a otras amablemente el puesto en no pocas ocasiones (cojer, por ejemplo). E incluso elles e íes griegas coquetean entre sí sin que venga a cuento. Y no hablemos ya de las palabras con varias letras de más o menos, o simplemente trastocadas, que son la tira.

Con el señor Huesca no estoy de acuerdo cuando asegura que es un error escribir complá (por complot), debú (por debut), chalé (por chalet), etcétera, porque, dice, aparte de no estar registradas con esta ortografía en el Diccionario de la Academia, la pronunciación de estas palabras sin t ofende al oído madrileño.

Desde su más tierna infancia, la lengua castellana tiende a suprimir la mayor parte de las consonantes finales (entre ellas, la t. Nombrarlas todas no es el caso). Quiere esto decir que en castellano no encontraremos nunca una t en posición final, si no es en flagrante delito de excepcion a la regla. (La lengua hablada tiende incluso a suprimir o debilitar las consonantes que sí pueden ser finales en español, como son la s o la d). Si tenemos en cuenta que las palabras anteriores proceden de otros idiomas, ¿por qué no amoidarlas a nuestra manera de escribir y pronunciar? ¿No escribimos líder (por leader), mitin (por meeting), fútbol (por football), etcétera? Es una muy legítima manera de comportarse de nuestra lengua. El señor Huesca escribe desde Cataluña. Y la lengua catalana sí que exige la pronunciación de esa t. Pero estamos hablando de dos lenguas distintas. Si decimos que la pronunciación más o menos estándar del castellano rechaza la t final, es de cajón que quien la pronuncia, o tiene un pelín de pedante, o está influido por hábitos lingüísticos de otra lengua, en este caso el catalán. Para que nadie se me ofenda, parecida burrada hacen los castellanohablantes con la ll final del catalán (que pronuncian generalmente como la l). Resulta así que "esos vocablos suenan terriblemente mal" precisamente cuando se pronuncia la t.

Y ya, por fin, tampoco es muy importante que el Diccionario de la RAE no registre estas palabras sin t (llegará el día, llegará). Lo que sí dicen las buenas gramáticas es que frases del tipo "es por ello que propongo" (que utiliza el señor Huesca) no son lo que diríamos correctas, (caste)llanamente hablando, por mucho que sean propias de la mayor parte de las demás lenguas y dialectos romances. /

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