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El presidente de la patronal bancaria se manifiesta partidario de un plan de estabilización o de austeridad

Xavier Vidal-Folch

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Rafael Termes, se manifestó ayer decidido partidario de la aplicación de un "plan de estabilización o plan de austeridad, no importa el nombre", a la economía española para combatir el diferencial de inflación con los países desarrollados y reequilibrar la balanza de pagos, que incluyera una reducción de costes salariales y un aumento de las cargas fiscales directas sobre las personas físicas. Rafael Termes se mostró optimista sobre las posibilidades de reprivatización del grupo Rumasa en una reunión con los periodistas económicos del grupo Nova Frontera.

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Rafael Termes expuso su opinión de que era necesaria una etapa de austeridad y lamentó que ésta se hubiera aplicado únicamente en la política monetaria. "Hay otras dos patas de la política económica", adujo, "como la política fiscal y la salarial, que están completamente abandonadas". Sobre las recientes medidas monetarias, dijo que el cambio de los coeficientes de bancos y cajas de ahorro (aumento de un punto en los depósitos obligatorios y rebaja de otro punto en el de inversión a largo plazo) era una "fórmula transaccional" entre las posibilidades existentes (incrementar el coeficiente de caja como se hizo en diciembre o colocar más certificados de regulación monetaria al 19%), que consideró comprensible, pese a que drene más de 100.000 millones de recursos del sistema financiero y rebaje sus beneficios en 15.000 millones.Técnicamente, recordó Termes, el cambio de coeficientes encarecerá los tipos de interés, "que es lo que pretende el Gobierno para evitar el progresivo deterioro de la balanza de pagos". Termes juzgó positiva la restricción monetaria "en el aspecto de que demuestra la voluntad del Gobierno de luchar contra la inflación y de perseguir el equilibrio de la balanza de pagos", y negativo en el sentido de que "no lucha con todos los medios a su alcance", por ejemplo, los fiscales y laborales.

Medidas laborales y fiscales

Si bien los acuerdos salariales ya firmados hacen más difícil un plan de austeridad completo, Termes puso de relieve que "aún se puede hacer mucho", ya que las tablas salariales pactadas no incluyen todos los costes salariales. El presidente de la patronal bancaria defendió, en este sentido, que el Gobierno cumpliera su promesa de posponer la jornada de 40 horas hasta 1983; que la Seguridad Social programase "rebajar las prestaciones, puesto que no somos bastante ricos"; que el Estado diese ejemplo en la negociación salarial con los funcionarios, y que se articulasen cuanto antes las anunciadas medidas sobre contratación temporal y a tiempo parcial. Termes defendió también la necesidad de nuevas medidas fiscales para completar el programa de austeridad.

A la objeción de que un paquete de medidas laborales y fiscales de este género podía contraer la demanda y repercutir negativamente en la parte del sector privado industrial que está a flote, el presidente de AEB respondió que "las medidas de saneamiento para restablecer el equilibrio interior y exterior de la economía española" deberían responder a la filosofía de mejorar la competitividad de las empresas medida en el margen sobre ventas, "ajustando los precios de venta a los costos de producción", por lo que convenía liberalizar estos últimos. "Esto significa no hacer sufrir más presión fiscal a las empresas, pero sí a las personas. Un plan de austeridad", puntualizó, "debe basarse en la disminución de los gastos y el aumento de los ingresos por la vía de la imposición sobre las personas físicas".

Reiterando su posición sobre la necesidad de un presupuesto no expansivo, Termes manifestó que sería muy satisfactoria la reducción del déficit público a 1,1 billones de pesetas, como se ha barajado recientemente, "pero lo realmente decisivo", en este asunto es, en su opinión, "que el Gobierno sepa resistir con firmeza las tentaciones y presiones de los grupos sociales" en demanda de ayudas y subvenciones: "El único que supo hacerlo, en honor a la verdad, fue Fernando Abril".

Vivienda y bancos

Pasando revista a otros asuntos, Rafael Termes detalló las causas de las reticencias de la banca a firmar un nuevo plan de vivienda, que han causado una fuerte polémica con el sector de la construcción. Tras recordar que en los tres años del plan vigente el sector bancario ha prestado a este fin más de un cuarto de billón de pesetas (71.500 millones en 1981, 90.600 en 1982 y 99.000 este año), el presidente de los banqueros insistió en que para entrar a estudiar un nuevo plan, la banca exige tener resuelta la movilización de los préstamos otorgados en el plan anterior, abogando por la solución de que las cédulas emitidas por el Banco Hipotecario en garantía de dichos préstamos fueran cedidas a la banca privada, en razón de que la mayor parte de los recursos han sido transferidos por ésta al Hipotecario.

Partidario de la solución que la autoridad monetaria intenta dar a Banca Catalana, mediante su venta a la la Caixa, Termes manifestó que si ésta fallaba, su traspaso a un gran banco español "no atentaría a la dignidad nacional catalana", y precisó su opinión de que la negociación con la caja de ahorros "no sienta precedentes" para la resolución de otras crisis, pues "cada tratamiento ha sido diferente". Sobre la crisis bancaria, fue contundente, por primera vez en varios años: "Es razonable admitir que la crisis bancaria ha terminado".

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