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Entrevista:La batalla de Rumasa

"Boyer ha cometido un error muy grave, y lo pagará"

Soledad Gallego-Díaz

José María Ruiz-Mateos, ex presidente de Rumasa, rompió ayer su silencio y convocó en un hotel de Londres a periodistas de diferentes medios informativos. El fundador del más importante holding privado de España, que se encuentra en la capital británica desde el pasado mes de febrero, declaró a EL PAIS que su situación económica personal es "francamente mala", que no controla ninguna de sus antiguas empresas y que no sabe si volverá a España si resulta procesado. Ruiz-Mateos afirmó que es "falso" que escondiera documentos de Rumasa en escondrijos, y acuso al ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, de "crear un montaje para impresionar a la gente". La expropiación, dijo José María Ruiz-Mateos, ha sido un error muy grave que Boyer ha cometido y lo pagará. El antiguo empresario niega que sus "donaciones" fueran a parar a un instituto del Opus Dei y mantiene que el patrimonio positivo de Rumasa era, a 23 de enero pasado, de 500.000 millones, con lo que son también "falsas" las afirmaciones de Boyer según las cuales el holding iba a la quiebra con un déficit patrimonial de 200.000 millones.

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A lo largo de toda la entrevista, Ruiz-Mateos pareció un hombre sometido a una gran tensión nerviosa, que acusa la soledad en la que le han dejado algunos de sus colegas. Físicamente se mantiene en buena forma, "gracias", dijo, "a los paseos que doy por la ciudad". Ruiz-Mateos -afirmó Juan Carlos Alvarez, encargado de sus relaciones con la Prensa- acusa la inactividad. Una pequeña empresa privada, inglesa, se encarga de su seguridad personal, proporcionándole un guardaespaldas.El empresario confirmó que abandonó España nueve días después de que Rumasa fuera expropiada, atravesando en coche la frontera con Portugal. La salida de España fue legal,. puesto que estaba provisto del correspondiente pasaporte, que mostró en la aduana. A su llegada a Londres se instaló en un hotel, después pasó a otro, el Churchill, donde fue a visitarlo su esposa, para trasladarse a continuación a un apartamento "tan pequeño, mal amueblado y desagradable, que me cambié poco después al que estoy ahora, algo mejor". El apartamento es, sin embargo, bastante pequeño; así que tres de sus hijos que acudieron a visitarle recientemente a Londres "tuvieron que dormir en la misma cama".

Pregunta. En unas declaraciones formuladas a EL PAIS inmediatamente después de la expropiación de Rumasa usted calificó de "improcedente" la pregunta de si pensaba abandonar España...

Respuesta. Yo estuve nueve días en mi casa, en medio de un largo desfile de personas que venían a verme, a darme el pésame. No había forma de concentrarse; así que mis abogados me aconsejaron venir.

P. Según usted, la única razón para salir de España fue entonces esa dificuldad de "concentración" y no el temor a verse procesado.

R. Si hubiera hecho algo malo tuvieron nueve días para proceder. Salí con mi pasaporte y con todas las de la ley. En toda caso, yo no quería venir. Fue mi abogado, Matías Cortés, quien me lo aconsejó. Alguna vez me han preguntado si me importaría ir a la cárcel. En una situación normal esa pregunta me habría dado escalofríos. En la situación actual, me hablan de la cárcel y, póngase en mi caso, qué más me da. Tengo amigos, gente de buen sentido, que me han dicho que debía ir a la cárcel, porque sería la consumación de esta injusticia y me convertiría en una víctima empresarial. También es verdad que como no he estado nunca en la cárcel... En fin, si me pregunta si le tengo miedo a la cárcel, le respondo que no.

P. Pero ¿teme usted que, según esta la situación, termine usted en una cárcel?

R. No, claro que no. La querella está en manos de un juez, al que no conozco, pero que me merece la mejor opinión por la información que me han dado. El sabrá su cometido. Yo personalmente estoy muy tranquilo. Lo único que he hecho en mi vida ha sido trabajar como una bestia, como un salvaje, con una enorme vocación empresarial y con el convencimiento, que todavía tengo, de que estaba haciendo algo bueno, positivo, en beneficio de muchos. Nadie me va a convencer de lo contrario. Lo máximo que puedo decir es que volvería a repetir lo mismo.

P. ¿Igual?.

R. Sí, igual que lo hice. Dicen que Rumasa iba muy mal. ¿Sabe usted lo que más me gustaría del mundo? Volver a España y recuperarla exactamente igual que estaba cuando la dejé, con todos los problemas, con esos riesgos que dicen. Naturalmente, hoy esa es una aspiración inviable.

P. ¿Qué explicación puede dar al hecho de que hayan aparecido documentos de Rumasa escondidos entre tabiques?

R. ¡Es falso! Yo puedo tener muchos defectos, puedo ser torpe, pero por una cuestión de mínima agudeza no hubiera nunca hecho una cosa así. A la gente que trabaja allí no se le pasa por la imaginación hacer algo tan burdo. Además, entre tantos cientos de personas como trabajan en Rumasa se hubiera sabido de inmediato. Si alguien quiere coger o quitar un papel, lo que hace todo el mundo, lo que yo estoy acostumbrado algunas veces a oir, es que lo cojan y lo lleven a algún sitio, a un piso; pero lo que no se le ocurre a nadie es hacer allí una cosa de esas que llaman zulos. Todo eso es falso, es un montaje, hecho para impresionar a la gente. ¿Me quiere decir alguien, por favor, qué papeles han encontrado allí? ¿Tenían relación con qué, con tráfico de armas, con venta de drogas o estupefacientes, era papeles políticos?

P. Según usted, ¿quién ha hecho ese montaje?

R. Están como locos buscando algo raro; no hablo de irregularidades administrativas, normales en cualquier compañía, sino de algo serio, importante, deshonesto, algo puerco, sucio. Como no encuentran nada, ni penal ni delictivo, intentan buscar cosas para vender la expropiación. ¿A qué viene esa policía que somete a gente buenísima a interrogatorios hasta volverles locos? Uno de los antiguos directores generales de Rumasa acaba de ingresar en un sanatorio psiquiátrico. ¿Qué es esto? ¿Se les considera acaso vulgares delincuentes? ¿Qué somos, gánsteres?

P. Se puede interpretar lo que usted dice sobre un montaje como una acusación directa contra el Gobierno. ¿Está usted acusando al Gobierno de crear pruebas falsas?

R. Cuando me hablan del Gobierno, sinceramente, yo respondo que no soy político. Tengo mis ideas, claro: Dios, ante todo, la familia y la libre empresa. Yo respeto la voluntad del pueblo, las urnas, las votaciones, la mayoría. Quiero decir una cosa: Rumasa ha crecido y se ha desarrollado más que nunca durante la época de la democracia. Eso es un hecho. Todo esto no es incompatible con estar en un desacuerdo total, absoluto y completo, con la actitud del señor Boyer. ¡No la comparto en nada¡ Yo tuve una conversación con él dos días antes del 23-F (Ruiz-Mateos se refirió de esta forma durante toda la entrevista a la fecha de expropiación de Rumasa). Estaba terriblemente nervioso y descompuesto. Lo único que quería es que le firmara un documento, que a mí no me hubiera importado firmar, pero que mis asesores no encontraron correcto. Me di cuenta de que tenía un profundo desconocimiento de Rumasa. No sabía nada. El estuvo dos horas, en el Congreso explicando lo ocurrido ante la televisión. Yo no tuve ni media hora para hablar. Sin faltarle el respeto a nadie, debo decir que puedo rebatir todos y cada uno de los datos y puntos que se vertieron en aquella intervención.

P. ¿Puede usted entrar en algún detalle?

R. El ministro dijo que habíamos revalorizado Galerías Preciados y Marcol. Lo que ocurre es que le añadimos las reservas, lo que es absolutamente legal. Si tenía 8.000 millones de capital y 12.000 de reserva, más o menos, suman los 20.000 en que valoramos los almacenes. Esto es elemental. Otro ejemplo: dice que las acciones bancarias estaban supervaloradas. Para nosotros, los 18 bancos eran una unidad, el Banco de España sabía que operaban así. ¿Por qué entonces analizaron la contabilidad de sólo tres bancos? Lo correcto era la media del conjunto de los 18 bancos. De la misma manera habla de "concentración de riesgo". A mucha honra, digo yo, porque son empresas buenas. Acumule usted el total de los recursos de los bancos, que eran 900.000 millones de pesetas, y divida usted el riesgo por esa cantidad. Creo que queda en evidencia que ese señor tiene un despiste monumental o que está actuando de mala fe.

P. El Ministerio de Economía afirma que el déficit patrimonial de Rumasa era de 200.000 millones de pesetas...

R. Eso dice ahora. ¿Sabe usted lo que le digo? Que mantengo que son 500.000 millones de patrimonio positivo. ¿Que no tengo pruebas? Hay compañías internacionales prestigiosas encargadas de hacer esos cálculos. Pido que efectúen un estudio sobre el patrimonio. Es simple y sencillo, no se trata de traer extraterrestres. Las empresas están ahí. Contratémoslas. Me hace gracia la situación actual. Me consta que nadie ha aparecido por las 500 empresas del grupo, y cuando todavía no tienen ni zorra idea de lo que es eso, los expertos del Gobierno, en un tris, son tan excepcionales, brillantes, fuera de serie, que son capaces de calcular el patrimonio con una cifra que ni tan siquiera es quebrada: 200.000 millones de pesetas. Esto es para descubrirse. No se lo venden ni a un campesino.

P. ¿Se ha puesto usted en contacto desde que está en Londres con los representantes de la gran banca?

R. No, con nadie. Sólo estoy en contacto con mi abogado. Un abogado seleccionado como una persona competente, válida y buena. Yo sigo sus directrices e indicaciones.

P. ¿Qué puede usted explicar sobre las donaciones de Rumasa al Opus Dei?

R. Qué maravilla. Lo único que me pueden reprochar es que he hecho donaciones. Sin dármela de "niño bueno", debo decir que siempre hemos tenido preocupaciones sociales. Tenemos escuelas profesionales, premios a la cultura, a la investigación. Terminamos por hacer una Fundación, que se llama el Instituto... (Ruiz-Mateos parece no acordarse del nombre completo), con fines exclusivamente culturales. Como la tiene March. En seguida se han buscado explicaciones raras.

P. No se trata, pues, de una institución relacionada con el Opus Dei... .

R. En absoluto. Todo está totalmente contabilizado. Está en los asientos oficiales de la contabilidad central de Rumasa. Lo saben todos los administradores desde el primer día. No veo quien puede estar sorprendido. Es curioso que nadie toque, sin embargo, otro tema, el de las cantidades cuantiosas de dinero que hemos dado a partidos políticos, líderes y sindicatos, que también figuran en la contabilidad.

P. ¿Qué partidos, líderes y sindicatos recibieron dinero de Rumasa?

R. Yo sigo las instrucciones de mi abogado que me ha dicho que no toque ese tema de momento. Yo le obedezco, no tengo otro remedio.

P. ¿Puede usted decir, al menos, si esas "cuantiosas cantidades" fueron a parar a un único partido o a varios de diferente espectro político?

R. Sinceramente no puedo decirlo. Pero es verdad.

P. ¿Ha dado usted dinero a líderes, es decir a personas concretas, al margen de los partidos?

R. Correcto.

P. Se ha dicho que usted conoce o ha tenido relación con el arzobispo Marzinkus, con el banquero Calvi o con Lucio Gelli, el dirigente de la logia italiana P-2.

R. No tiene sentido. No tengo nada que ver con el Vaticano, mas que como católico. Ni con ese cardenal, con todos los respetos hacia

"Boyer ha cometido un error muy grave, y lo pagará"

él, ni con Calvi. Sólo sé lo que todo el mundo, que terminó aquí, en Londres, bajo un puente. Que quede claro, nunca le conocí ni tuve oportunidad de saludarle.P. Usted critica fundamentalmente al ministro de Economía...

R. Creo que ha cometido un error muy grave y que lo pagará. El tiempo lo demostrará. Yo no sé nada de pintura o de técnica, pero sé de empresas y el holding está en manos de administradores que, sin menoscabo de sus virtudes, no son empresarios. Me consta que están perdiendo a barullo ventas, que el personal está desmoralizado. Las pérdidas deben ser fabulosas. Al cabo de un año, esto le habrá costado al país una masa de dinero enorme. Si esto tiene que figurar en los Presupuestos Generales del Estado, la cifra puede ser del orden de los 500.000 millones de pesetas. Ahora no se habla de riesgo de los bancos, pero van a necesitar mucho dinero para cubrir las pérdidas que se van a acumular. Galerías ha pedido ya 8.000 millones al crédito oficial y va a necesitar 16.000 millones más.

P. ¿Cree usted que sus colegas, los empresarios españoles, le han dejado solo?

R. Los empresarios están atemorizados, aterrorizados con lo que han hecho con Rumasa. De la forma como lo han hecho, mañana le pueden quitar a cualquiera no ya una empresa sino una finca o un piso. ¿Estamos en un país civilizado? Felipe González me dijo un día que yo era un "desclasado", que no formaba parte de la oligarquía clásica del país y que la gran banca me tenía envidia. Yo no sabía si eso era bueno o malo. Por lo yisto, a sus ojos era buenísimo.

P. ¿Por qué cree usted que la gran banca le ha dejado solo?

R. No lo entiendo. Comprendo que cada cual tiene sus problemas, que tienen que preocuparse de su propia situación. No sé si cada cual dice sálvese el que pueda. Es humano.

P. ¿Ha venido usted a Londres a intentar salvar algo de su antiguo holding en el Reino Unido?

R. Yo lo que quiero es regresar a España y volver a empezar con una modesta oficina.

P. ¿Volvería aunque le procesen?

R. Haré lo que me aconsejen mis abogados.

P. ¿Cuál es su situación económica personal?

R. Mala, francamente mala. Tengo trece hijos. Soy el único perjudicado en toda esta historia. El próximo mes de junio se cumplen 25 años desde que me casé y me encuentro ahora como entonces en un pequeño apartamento, con la diferencia que no estoy en mi país ni cerca de mi familia, y que mi prestigio profesional está por los suelos. Estoy indignado, no me voy a conformar, voy a luchar. Mis hermanos están tratando de vender cosas mínimas, con psicosis de tragedia, ayudándose con otros familiares, con eso lo digo todo. Ha sido el despojo de todos los bienes de la familia. Lo que siento ahora es no haber sabido tres días antes lo que iban a hacer, porque, lo digo sinceramente, hubiera tomado mis precauciones, las reservas mínimas precisas para no morirnos de hambre. Eso lo hubiera hecho cualquiera. En fin, es la voluntad de Dios.

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