Interrumpida la negociación de la CEE sobre precios agrícolas
"Los montantes compensatorios monetarios (MCM) pueden llegar a causar problemas de orden público". La frase, del ministro de Agricultura francés, Michel Rocard, por extraña que parezca, es significativa. Cuando los ministros del ramo de la CEE entran en el segundo día del maratón agrícola, y se interrumpe la reunión, todo es posible en la negociación anual para fijar los precios de estos productos y otras medidas agrícolas y monetarias.
La jornada de ayer empezó con los confesionarios: reuniones bilaterales entre la presidencia de turno alemana del Consejo y las delegaciones nacionales Los países latinos -ilustrando el desgarramiento norte-sur de la CEE- fueron los últimos en pasar. Horas después, se esperaba una propuesta de compromiso alemán, en su idioma, que había que traducir al francés y al inglés. En la CEE, las otras lenguas, como la filosofía en Hegel, siempre llegan tarde.Este compromiso, en su calidad de primerizo, "está destinado a ser triturado", señaló una fuente comunitaria. Su papel es obligar a los países miembros a desvelar más sus cartas, en este ballet negociador que mantiene en vilo a más de ocho millones de agricultores en la CEE.
"En algunos lugares de la región de Emilia-Romania, se fabrica ahora el queso parmesano con leche alemana". El comentario de una fuente italiana retrata el problema de los MCM. Estos fueron introducidos por vez primera en 1979, para mantener la unidad de precios y de mercado en la CEE, tras los reajustes monetarios -el último fue en marzo-, y vienen a compensar las diferencias entre las divisas verdes y las divisas reales, y de hecho premian la exportación de países de moneda fuerte y penalizan las de los otros.
La suma de los MCM, positivos para la RFA y negativos para Francia, es ya de un 21,1 %, lo que otorga a los productores alemanes y holandeses enormes ventajas comerciales y de ingresos. De ahí que Francia, Italia e Irlanda quieran desmantelar los MCM -al menos más allá de los 2,8 puntos propuestos por la Comisión Europea e insuficientes para Francia- o devaluar sus monedas verdes. Rocard dispone de un estrecho margen de maniobra: el desmantelamiento de los MCM negativos franceses, si bien haría aumentar los ingresos de sus agricultores, provocaría un alza de los precios de estos productos.
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