El rechazo de Estados Unidos al documento 'neutral' puede hacer fracasar la Conferencia de Madrid
La Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) se reanuda hoy en Madrid con perspectivas más que sombrías por la insistencia de Estados Unidos en introducir enmiendas sustanciales en el proyecto de declaración final propuesto por el grupo de países neutrales y no alineados.
La actitud norteamericana amenaza incluso, según fuentes de absoluta solvencia, a la unidad del bloque occidental en esta conferencia, puesto que los países europeos defienden la necesidad de dar por terminada la reunión de Madrid si se quiere salvar algo del espíritu de Helsinki, que justifica la CSCE.Estados Unidos está dispuesto a reincidir en todas las enmiendas occidentales presentadas desde el inicio del foro de Madrid en noviembre de 1981 y siempre condenadas al fracaso. Estas enmiendas están relacionadas, fundamentalmente, con los derechos humanos y las libertades individuales.
Todos los países europeos, España incluida, han preferido finalmente aceptar, aun introduciendo alguna modificación de menor importancia, el documento de compromiso presentado por los neutrales, antes que alargar peligrosamente la reunión. El bloque formado por los países del Este mantiene unánimemente la posición de que el texto propuesto no es el mejor de los posibles, pero está dispuesto a dar su visto bueno siempre que las negociaciones no se prolonguen nuevamente.
El embajador de EE UU en la CSCE, Max Kampelman, que considera el documento de los neutrales "ineficaz e inadecuado", pidió el pasado viernes la mediación de España para evitar el fracaso de la reunión. Sin embargo, el hecho de que las posiciones de las partes sigan siendo irreductibles y que la actitud norteamericana se mantenga rígida, según la apreciación de una alta fuente, parece haber desaconsejado que la representación española, con Juan Luis Pan de Soraluce a la cabeza, intervenga como mediadora.
Los jefes de Estado y de Gobierno de Austria, Chipre, Finlandia, San Marino, Suecia y Yugoslavia dirigieron ayer un llamamiento al presidente del Gobierno español, Felipe González, en el que comunican su preocupación por la situación en que se encuentra la conferencia y proponen que "el Acta Final de Helsinki continúe sirviendo de base a las relaciones entre los Estados participantes".
Lo que el Gobierno español sí parece tener decidido es la presentación de una propuesta singular en el caso de que el documento de los neutrales no obtenga, en el plazo aproximado de un mes, el acuerdo general. La propuesta española estaría destinada a demostrar la voluntad del país anfitrión de no ahorrar esfuerzos para evitar que Madrid se convierta en la tumba del espíritu de Helsinki.
El tema que, en el fondo, enfrenta a los países europeos con Estados Unidos y a éste con la Unión Soviética es el proyecto de una conferencia sobre desarme en Europa que el documento de los neutrales propone para el próximo 15 de noviembre en Estocolmo. Los países europeos, presionados por sus opiniones públicas nacionales, necesitan demostrar que su posición favorable al despliegue de 572 nuevos misiles de alcance medio, si fracasan las conversaciones de Ginebra, no supone que hayan abandonado su voluntad de procurar el desarme y el entendimiento entre los bloques. EE UU prefiere jugarse en las conversaciones de Ginebra todas las cartas de su diálogo con la URSS y teme que una conferencia sobre desarme, eventualmente utilizada por Moscú con fines propagandísticos, podría debilitar la posición norteamericana en el foro de la capital suiza. La URSS, por su parte, sólo parece interesada en una conferencia de desarme si ésta tiene lugar este año.
Los 35 países que hoy vuelven a reunirse en Madrid (todos los de Europa -menos Albania-, Estados Unidos y Canadá) vienen para explicar la posición última de sus respectivos Gobiernos. Existe la coincidencia general de que la capacidad de maniobra de los embajadores, en esta nueva fase, es ya muy reducida, si no nula.
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