Shultz tratará de recabar el apoyo mexicano a la política centroamericana de Washington
La situación en Centroamérica, el momento económico y el incremento de la emigración clandestina, constituyen el temario de los principales puntos que discutirán en Ciudad de México los secretarios norteamericanos de Estado y del Tesoro, George Shultz y Donald Regan, respectivamente, con las autoridades aztecas. Al parecer, Shultz pretende lograr en México algún tipo de apoyo a la política norteamérica en América Central.
México es una pieza particularmente interesante en la política exterior norteamericana como consecuencia de los análisis de la Administración Reagan que ven un peligro de vietnamización en Centroamérica. El objetivo final de este proceso sería, a juicio de tales analistas, la instalación de un Gobierno revolucionario en México, en las mismas fronteras de Estados Unidos, siguiendo la teoría del dominó.
Por otra parte, en el contexto de la situación en América Central, la Administración Reagan podría utilizar su potencial militar, marítimo y aéreo, en defensa de sus aliados centroamericanos invocando el Tratado de Río de 1947, que permite la participación de EE UU en la defensa colectiva de Latinoamérica. Esta posibilidad, de la que se hace eco The Washington Post en su primera página, sólo se llevaría a cabo si la Unión Soviética y Cuba aumentaran su presencia militar en la región con el suministro de avione Mig-21 a Nicaragua o con la participación directa de tropas cubanas en Centroamérica. La Administración Reagan prepara también el nombramiento de un enviado especial para un arreglo negociado del conflicto de El Salvador al estilo de la misión que Philip Habib está efectuando en Oriente Próximo.
"Toda Centroamérica se ha convertido en el objetivo de la revolución sandinista nicaragüense", según recordó Shultz el pasado viernes en un discurso pronunciado en Dallas (Tejas). El secretario de Estado, que defendió la necesidad de aumentar la ayuda militar a El Salvador, estuvo en la misma línea de actitud que la expresada por el presidente Ronald Reagan cuando, el pasado 10 de marzo, dijo que la campaña de revolución soviético-cubano-nicaragüense en Centroamérica "no tiene fronteras", siendo México el principal objetivo.
Es probable que Shultz intente conseguir en México mayor apoyo a la política de Reagan en Centroamérica: una política de intervención directa contra el régimen sandinista, de cuya necesidad el presidente Reagan deberá aportar pruebas ante el Congreso, a petición de una resolución presentada por el demócrata Tomas Harkin y apoyada por otros 69 miembros de la Cámara de Representantes. Pero Reagan, al igual que el secretario de Estado, Shultz, deja claro que las actividad,es de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) en apoyo de la contrarrevolución nicaragüense son legales, porque se..trata de impedir el apoyo de Nicaragua a la guerrilla de El Salvador.
Clima de 'comprensión'
La grave situación económica que atraviesa México, con una deuda exterior de más de 80.000 millones de dólares, la mayor, parte contraída con bancos estadounidenses, crea un clima favorable a una mayo)r comprensión mexicana de la inquietud de Washington por Centroamérica. La Administración Reagan desearía un apoyo incondicional de México a las tesis de EE UU en Centroamérica, donde, según Washington, hay que neutralizar al régimen sandinista de Nicaragua y apoyar al Gobierno de El Salvador. Ideas a las que el presidente de México, Miguel de la Madrid, podría ser más sensible que su predecesor, José López Portillo, presionado por la radicalización en los países de América Central y por la crítica situación financiera de México.La Administración Reagan socorrió con carácter de urgencia al Gobierno mexicano, con la concesión de un crédito extraordinario de 3.000 millones de dólares, el pasado mes de agosto. Dio así un respiro a la deuda mexicana, cuya eventual bancarrota arrastraría a más de un banco estadounidense. De ahí que las relaciones bilaterales entre EE UU y México sean un entrelazado de problemas políticos y económicos. Por otra parte, México es el tercer cliente para las exportaciones de EE UU, con 11.800 millones de dólares de ventas en 1982 (que fueron de 18.000 millones en 1981).
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