Los parlamentarios de EE UU exigen un mayor control de la política centroamericana de Ronald Reagan
El subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes ha asestado un serio golpe a la política de la Administración Reagan en Centroamérica al rechazar la concesión de ayuda militar adicional para El Salvador y prohibir que la Casa Blanca ayude a los antisandinistas sin previa resolución del Congreso. Washington ha respondido a la nueva situación advirtiendo a Cuba y a la Unión Soviética que la presencia de soldados y aviones de combate de esos países en en Nicaragua provocaría "una seria situación" en el área.
La resolución del subcomité rechaza la petición de ayuda militar adicional por valor de 50 millones de dólares a El Salvador y reduce a otros 50 los 86,3 millones solicitados para ayuda en el mismo concepto para los años 1984 y 1985. El grupo de parlamentarios también estipula que no podrá sobrepasarse el número de 55 consejeros norteamericanos en El Salvador, y pide que se potencien los modos de actuación democrática en el país.El proyecto de ley prohibe que se preste cualquier tipo de ayuda, directa o indirecta, a operaciones contra Nicaragua por parte de naciones, organizaciones, movimientos o individuos, a menos que el presidente determine que responde al interés de la seguridad nacional norteamericana. En este caso el presidente debe informar detalladamente al Congreso sobre el apoyo y los fondos, y sólo después de una resolución conjunta del Senado y la Cámara que apruebe tal ayuda, ésta podrá ser librada.
Otras resoluciones limitan a 21 millones de dólares el valor de la ayuda militar que se va a prestar este año y el próximo a Honduras porque, según los legisladores, la militarización de la sociedad y la creciente fuerza de los militares en este país constituyen "una de las más graves amenazas" para Honduras y su sistema democrático.
Impunidad sandinista
El subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, James Michel, se opuso durante las discusiones al recorte de la ayuda militar a Honduras por considerar que la vecina Nicaragua cuenta con el más numeroso y mejor dotado ejército de la región.
Las diversas resoluciones adoptadas por el subcomité serán consideradas la próxima semana por el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, y es de prever que la Administración haga múltiples esfuerzos para contrarrestar esta seria de medidas, en especial las relativas a la certificación de ayuda militar a El Salvador y a las actividades antisandinistas norteamericanas.
El texto que recorta el apoyo a operaciones antisandinistas es menos categórico que otros presentados en el Senado porque deja abierta la posibilidad de que Washington considere vital para Estados Unidos ayudar al país eventualmente atacado por los nicaragüenses. Según Michel, sería nefasto que la resolución sea finalmente aprobada por el Congreso porque, por una parte, se daría a los sandinistas un sentimiento de impunidad, y por otra, frustraría los esfuerzos norteamericanos para que Nicaragua participe en un diálogo que resuelva la crisis centro americana.
La advertencia de Enders
La contrariedad que han supuesto para los planes de la Casa Blanca en la región estas propuestas se ha visto contrarrestada por la fuerte advertencia hecha a cubanos y soviéticos por el secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Thomas Enders.
"Es concebible que Cuba o la Unión Soviética pueden verse seducidos por una escalada del conflicto" en Nicaragua mediante "la introducción de modernos aviones de combate o incluso tropas cubanas ha dicho Enders ante el Comité de Asuntos Exteriores del Senado. La situación que se provocaría en este caso "supondría claramente un peligro, inaceptable no sólo por Centroamérica, sino por las naciones americanas en su conjunto. Hemos comunicado a Moscú y La Habana lo peligrosa que resultaría una acción de ese tipo".
Las declaraciones de Enders, realizadas el martes, estuvieron centradas en Nicaragua, cuyo régimen fue muy criticado por lo que Enders consideró negativa a tratar las propuestas realizadas por Estados Unidos y otras naciones centroamericans para resolver los conflictos regionales. Concretamente, Enders manifestó que "los sandinistas han demostrado su aversión a unas verdaderas negociaciones" al rechazar en cuatro ocasiones sendos intentos de iniciar conversaciones regionales.
Enders también salió en apoyo de las fuerzas antigubernamentales nicaragüenses, afirmando que gozan de un amplio apoyo popular en el interior del país. Sin comentar el denunciado apoyo encubierto de Estados Unidos a los antisandinistas, Enders dijo que las fuerzas antigubernamentales "son nicaragüenses hasta los tuétanos"
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