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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Villalonga y el idioma de su "Bearn"

Leo en EL PAIS del lunes 21 de marzo, un artículo de Lluís Bassets con el titular "Villalonga escribió Bearn y buena parte de su obra en castellano, segun Baltasar Porcel", en el que se alude a una reciente edición de esta novela de Villalonga con un prólogo de Porcel (Seix y Barral, marzo 1983), asegurando que en este prólogo dice Porcel que Bearn fue escrita en 1945 y en lengua castellana. Ni es cierto que Porcel diga taxativamente ésto ni tampoco es cierto lo que en este prólogo afirma Porcel.En primer lugar, la novela Bearn de Lloreng Villalonga no fue escrita en 1945, sino diez años más tarde o poco menos, en 1954, y no en castellano, sino en catalán. Presento mis credenciales para hacer esta afirmación: conocí personalmente a Villalonga en 1951; a partir de esta fecha nuestra relación no se interrumpió: nos veíamos casi diariamente, ya fuera en el café Riskal -no Kristal, como dice Porcel en el prólogo citado-, ya en casa de Villalonga; en 1952 éste publicó, gracias a los buenos oficios de M. Sanchis Garner, la novela, escrita en catalán, La novel.la de Palmira; yo saludé la aparición de este libro con tres sonetos de homenaje, uno escrito en francés, otro en castellano y otro en catalán; dos versos de este último fueron incorporados a la novela, y allí siguen, en el capítulo tres de la segunda parte de Bearn; en 1954 ' la editorial Selecta de Barcelona le publicaba, gracias a las recomendaciones de Salvador Espriu, una nueva edición de su primera novela Mort de dama; mientras esta edición se confeccionaba, surgieron entre los editores y Villalonga una serie de discusiones algunas de ellas, pero no todas, sobre algunas formas dialectales del lenguaje que Villalonga deseaba mantener y que la editorial rechazaba por ser contrarias a la normativa oficial; Villalonga llegó a enojarse hasta el punto de traducir su Bearn, que escribía en catalán, al castellano; así traducido lo envió a dos concursos: el premio Nadal y el Ciudad de Barcelona; en ninguno de los dos fue premiado; entonces, en 1956, propuso a Pedro Serra, propietario de la imprenta Atlante, de Mallorca, que le publicara la novela, corriendo a medias los gastos de la edición; yo trabajaba entonces en aquella imprenta y me hice responsable del encargo; de modo que la primera edición de Bearn, en traducción hecha por el propio Villalonga del original catalán, fue hecha y cuidada por mi. Todo ésto, y algunas cosas más, lo he explicado en mi libro Llorenç Villalonga i la seva obra (Curial 1980), que Porcel sin duda y quizás también Bassets desconocen.

Lo que no entiendo es la intención de Porcel: ¿a qué se debe su repentino anticatalanismo? No es que, dicha sea la verdad, haya sido nunca demasiado catalanista; la adhesión de Porcel a una u otra ideología, a una actitud política, a un grupo empresarial parece que ha obedecido siempre a razones de tipo material. No se qué provecho va a sacar de erigirse en paladín del anticatalanismo de Villalonga; pero sus razones tendrá. /

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