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Los acuerdos de la OPEP ahorrarán unos 1.500 millones de dólares a España

La reciente reducción de precios del petróleo acordada por la OPEP supondrá para España un ahorro neto entre los 1.450 millones y los 1.550 millones de dólares, lo que equivale, aproximadamente, al 40% del déficit corriente de la balanza de pagos española en 1982. Estas cifras, calculadas en función del mantenimiento de las importaciones energéticas al nivel del año pasado, forman parte de las conclusiones de un estudio sobre el impacto de los nuevos precios del petróleo en la econonda nacional e internacional, realizado por el Servicio de Estudios Económicos del Banco Exterior de España.

La disminución del precio del petróleo en dólares no se traducirá en una caída paralela en pesetas, debido a la depreciación de la moneda española frente a la norteamericana. Un posible deterioro de la peseta frente al dólar podría ocasionar, en 1983, un encarecimiento entre el 4% y el 8% del petróleo comprado por España, frente al aumento del 14%, asimismo en pesetas, ya experimentado en 1982.La decisión de la OPEP tendrá, en su conjunto, un impacto positivo para los países industrializados, pese a que podría hacer disminuir considerablemente las ímportaciones de los países productores de crudo y los depósitos financieros colocados por éstos en Occidente. El actual descenso en los precios del crudo (alrededor del 15%) representa, según el estudio, un flujo neto de recursos en favor de los países industrializados equivalente al 0,5% del producto interior bruto (PIB) de EE UU y Canadá y un 1% o más para países como España, Francia, República Federal de Alemania y Japón. La disminución de los gastos por compra de petróleo exclusivamente puede llegar a 48.000 millones de dólares para los países miembros de la OCDE.

El estudio llama la atención sobre la estructura del comercio exterior español, donde los países subdesarrollados tienen una importancia relativa mayor que para otros países industrializados. Un 17,5% de las exportaciones españolas iban dirigidas en 1982 a los 13 países de la OPEP y México, y un 14,5%, al resto de países subdesarrollados no exportadores de petróleo. Las ventas españolas a los ocho países con mayor capacidad relativa importadora de la OPEP, junto con México, podrían verse afectadas por la reciente caída de los precios del petróleo.

Las repercusiones particulares sobre la actividad económica interna española dependen, señala el estudio, en gran parte de la política que se adopte sobre los precios de los derivados. Esta política se concretiza básicamente en dos opciones -mantenimiento o reducción-, condicionadas ambas por la evolución del tipo de cambio de la peseta en relación al dólar y el déficit presupuestario en el sector público.

El estudio recomienda como política más prudente por ahora el mantenimiento de los precios de los derivados a la espera de la evolución del precio del petróleo, el tipo de cambio de la peseta y el déficit público en los próximos meses. De perdurar las tendencias a la baja, con nuevos descensos de los precios oficiales, el momento político y económico haría aconsejable bajar los precios de los derivados, señala el estudio.

En el ámbito internacional, los beneficios de una alteración a la baja de los precios del petróleo serían máximos, y sus perjuicios, mínimos, afirman los expertos del Banco Exterior, si dichos precios se estabilizan en tomo a 25 dólares el barril, con una producción de unos 18,5 millones de barriles diarios para la OPEP.

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