El Vaticano pide la dimisión de una monja que ayuda a abortar en EE UU con fondos públicos
Diez años después de la legalización del aborto en Estados Unidos, la opinión pública continúa dividida entre los partidarios y los adversarios del derecho al aborto. Periódicamente hay ejemplos de la discrepancia de opiniones. El último episodio se centra en la peculiar historia de la monja Agnes Mary Mansour, que concede ayuda federal para el aborto de mujeres pobres, en contra de la opinión del arzobispo del Estado de Michigan y también del Vaticano, que piden su dimisión o, al menos, su pública oposición al aborto.
La hermana Agnes Mary Mansour, de 51 años de edad, fue nombrada recientemente directora ' del Departamento de Servicios Sociales del Estado de Michigan, uno de los más afectados por la crisis económica de EE UU, del que depende un presupuesto anual de cinco millones de dólares (unos 660 millones de pesetas), destinados a la ayuda médica para mujeres pobres que deseen abortar.Sor Mansour había sido ya candidata en las últimas elecciones -aunque su tentativa resultó infructuosa- al Parlamento local del Estado de Michigan, en contra de las disposiciones del Vaticano, que prohíben que los eclesiásticos ejerzan cargos políticos. En diciembre pasado el gobernador del Estado de los grandes lagos, centro mundial de la industria del automóvil, en Detroit, nombró a la hermana Mansour directora del Departamento de Servicios Sociales. El Senado local ratificó el cargo por veintiocho votos a favor y nueve en contra.
Pero ante la flexibilidad de la monja, que continuó la política de ayuda médica a las mujeres que desean abortar, el arzobispo de Detroit, monseñor Edmund Szoka, pidió a sor Mansour que declarase públicamente su condena al aborto de acuerdo con los principios del Concilio Vaticano II, que consideran tal práctica como un crimen. Sor Mansour explicó que moralmente está contra el aborto, pero que en una sociedad pluralista como la norteamericana no puede oponerse a que mujeres desafortunadas dispongan de ayuda pública si desean abortar durante los tres primeros meses del embarazo, de acuerdo con la legislación federal de EE UU, que, por otra parte, los grupos antiaborto desean cambiar.
Una congregación 'contestataria'
El Vaticano ha tomado cartas en el asunto y la Sagrada Congregación para las Instituciones Religiosas y Seculares ha ordenado a sor Agnes Mary Mansour que renuncie a su cargo. La monja ha declarado que de momento no quiere hacer ningún comentario. No es la primera vez que el Vaticano tiene problemas con las Sisters of Mercy of the Union, congregación religiosa a la que pertenece sor Mansour.Cuando el papa Juan Pablo II visitó Washington, en 1979, la superiora de la congregación, sor Theresa Kane, criticó la actitud del Vaticano, que prohíbe el ejercicio del sacerdocio a las monjas por el simple hecho de ser mujeres.
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