Qué es el Tercio de Armada
Con una reflexión sobre el desconocimiento del hombre de la calle sobre lo que es la Armada y sus problemas ("España vive de espaldas al mar") inicia su artículo el general Martínez de Galin soga y Ros. Posteriormente explica en qué consiste el Tercio de Armada, gran unidad que encuadra a las fuerzas de desembarco de la Infantería de Marina. Considera inseparable el binomio Mando Anfibio de la Flota-Tercio de Armada. Finalmente manifiesta su confianza en que pronto sea una realidad que la Armada española cuente con un grupo de combate de la Flota y un Tercio de Armada de la Infantería de Marina, que puedan responder con eficacia a su papel en la defensa marítima de España.
En la referencia que publicó el diario EL PAÍS, al día siguiente de la comparecencia del ministro de Defensa, y en relación con las ideas básicas de la política militar de su departamento, se decía, al referirse a la Armada, que se llevaría a cabo la ejecución del Plan Naval, con la constitución del Grupo de Combate que, añado yo, con el portaaeronaves Príncipe de Asturias, con la unidad aérea en él embarcada y con sus buques de protección contra otros buques, aeronaves, misiles y submarinos, ha de constituir el núcleo fundamental y condición. imprescindible de la eficacia, y hasta de la existencia, de la fuerza naval que hoy necesita inexcusablemente nuestra Armada. Se añadía en dicha referencia que se prestaría especial atención al Tercio de Armada. Si se puede decir, sin temor a equivocarse, que, en general, el hombre de la calle no tiene ideas muy claras sobre los problemas de la defensa nacional, ni sobre los temas de política militar, ello resulta mucho más extendido y preceptible cuando se trata de la Armada y de su fuerza naval, cosa que no es de extrañar, pues aunque, en expresión feliz de prestigiosos tratadistas navales, España es un archipiélago, más que una península, vive desde hace bastantes años de espaldas al mar, a un mar que unirá a sus islas (entre las que cuento a Ceuta y Melilla) o las separará según disponga o no de una fuerza aeronaval capaz de asegurar sus comunicaciones no sólo interinsulares, sino las que permiten que nuestro archipiélago sea abastecido de todo cuanto es indispensable para nuestra subsistencia, en paz y en guerra, que en un elevadísimo tanto por ciento de su tonelaje total llega por los caminos del mar. Es verdad que últimamente se están haciendo esfuerzos para llenar este vacío, esta falta de conocimiento y comprensión por los ciudadanos de sus Fuerzas Armadas: cursillos de información o divulgación en el Centro Superior de la Defensa Nacional (CESEDEN), Escuela de Guerra (GN), jornadas Universidad-Fuerzas Armadas, encuentros y seminarios Prensa-Fuerzas Armadas, etcétera.
Una fuerza anfibia
Pero aún queda mucho que hacer en este campo. Entre otros libros y trabajos escritos por militares o por algunos paisanos no quiero dejar de destacar la reciente aparición de uno titulado La Armada, esa desconocida, en la que sus autores, el capitán de fragata Núñez Lacaci y el capitán de corbeta Torrente Sánchez, con una literatura amena, fluida y sencilla, exenta de tecnicismos innecesarios, o facilitando la comprensión de los indispensables, aportan no uno, sino muchos granos de arena a esta tarea para que el ciudadano conozca lo que son sus Fuerzas Armadas, y en este caso concreto, su Marina militar.
Volviendo a la exposición que de la política general de su departamento hizo el ministro Serra, ante la Comisión de Defensa del Congreso, no voy a tratar aquí del Grupo de Combate de la Flota, que espero se haga por otras plumas más expertas en la materia que la mía, y sólo voy a intentar responder a la pregunta que puedan hacerse muchos de los que hubiesen leído la información sobre la comparecencia del ministro ante dicha comisión: ¿qué será esto del Tercio de Armada?
La Infantería de Marina, que es una fuerza especial de la Armada cuya principal misión es la de llevar a cabo acciones militares en la costa iniciadas en la mar, y a la que le corresponde, además, contribuir a la defensa y seguridad de las instalaciones navales, cuenta con fuerzas de desembarco que constituyen el núcleo fundamental de este cuerpo y están compuestas por unidades tácticas básicas y, otras de apoyo de combate y apoyo logístico a las primeras. Estas fuerzas de desembarco están encuadradas en una gran unidad, a la que, al ser creada, se le dio un nombre de rancia tradición militar y marinera: Tercio de Armada, que fue el adoptado en 1707, por el que, al organizarse con carácter esencialmente marítimo, se llamó antes Tercio de la Armada del Mar Océano.
El Tercio de Armada (TEAR) está permanentemente, preparado y dispuesto para, integrándose con la totalidad o partes de sus unidades subordinadas, en lo que se llama una fuerza anfibia operativa, llevar a cabo cualquier tipo de operación anfibia, que puede ir desde la realización de un raid, o incursión anfibia, con una organización operativa a base de su Unidad de Operaciones Especiales, cuyos elementos pueden lanzarse a tierra desde buques o embarcaciones de diversos tipos, submarinos o aeronaves, hasta el asalto anfibio de objetivo limitado para asegurar la posesión de un determinado punto crítico en la costa hostil, o proteger el posterior desembarco de otras fuerzas de entidad y características adecuadas para, partiendo desde la cabeza de playa, penetrar más profundamente en territorio enemigo.
Para cada tipo de operación, las unidades del TEAR y sus diversas subunidades se agrupan en una fuerza de desembarco, con una determinada organización operativa apta y adecuada para el cumplimiento de cada misión concreta. Así se organizan desde una Unidad Especial de Incursión Anfibia (UNESIAN), hasta la que, con el nombre de Agrupación Anfibia de Infantería de Marina (AGAIM), se constituye con los medios de desembarco necesarios y con los elementos de apoyo de combate (artillería, carros de combate, vehículos anfibios blindados, etcétera) y de apoyo logístico. Esta unidad anfibia emplea profusamente medios aeronavales de transporte y, ataque a tierra.
Necesidades de actualización
Es obvio decir que este asalto anfibio a una costa hostil es inconcebible sin la existencia y sin la acción eficaz de una fuerza naval que sea capaz de embarcar, transportar y poner en tierra a la fuerza de desembarco con la protección y apoyo de sus buques, aeronaves y embarcaciones.
Para conseguir un estado de alistamiento permanente, el TEAR está, como lo están todas las unidades operativas de la Armada, en continuo adiestramiento, que lleva a cabo siguiendo planes semestrales cuidadosamente estudiados, y que realiza en íntima coordinación con el Mando Anfibio de la Flota o con buques, submarinos o aeronaves pertenecientes a otros mandos de la fuerza naval. Pero, sobre todo, el binomio Mando Anfibio-TEAR constituye un algo inseparable, no sólo para la acción real, sino para que el adiestramiento y la unidad doctrinal en la táctica y en la técnica, y para que el planeamiento y ejecución de los numerosos y -variados ejercicios y maniobras que llevan a cabo consigan el resultado de la máxima eficacia en la ejecución de la más compleja y difícil de las acciones militares, que es el asalto anfibio. Pero esta coordinación, este actuar íntimamente en los continuos ejercicios y maniobras, no bastan. Es preciso, cada vez más, estar siempre al día, buscando mejorar tanto los métodos como los medios materiales para la acción. Se puede afirmar que en cuanto a los métodos, ni el Estado Mayor de la Armada, ni la Comandancia General de la Infantería de Marina se duermen en los laureles del prestigio que las unidades de todo tipo de la Armada y de la Infantería de Marina han alcanzado entre las fuerzas similares de los distintos países (EE UU, Francia, Italia, etcétera), con las que tantas veces han cooperado en ejercicios combinados.
Estamos seguros de que el Estado Mayor de la Armada, además de atender a la continua puesta al día, de acuerdo con los adelantos de la técnica naval y al mantenimiento y superación de los niveles de adiestramiento de las unidades, y aparte de muchos estudios y planes para resolver o mejorar problemas o situaciones, tiene concienzudamente estudiado y terminado su Plan Naval, en todo cuanto un plan naval puede darse por terminado, y sólo hace falta para su realización y su consumación que se le asignen a la Armada los medios económicos necesarios.
La atención especial al TEAR también se viene prestando por el jefe del Estado Mayor de la Armada y por el comandante general de la Infantería de Marina a aquél directamente subordinado. Éste estudia y propone, y aquél considera y decide la adopción de nuevas técnicas y tácticas y la conveniencia y necesidad de nuevos tipos de armamento y materiales precisos para el asalto anfibio; armas y materiales cuya adquisición también está pendiente de poder disponer de los fondos indispensables. Se puede esperar confiadamente que, correspondiendo a sus esfuerzos y a su dedicación, pero, sobre todo, teniendo en cuenta los supremos intereses de la patria, pronto sea una realidad que la Armada cuente con un grupo de combate de la flota y un Tercio de Armada de la Infantería de Marina, que, estando en las máximas condiciones operativas, en relación con las exigencias técnicas actuales y de un futuro previsible, puedan responder con eficacia a las misiones que se les asignen al servicio de la defensa nacional.
Francisco Martínez de Galinsoga y Ros es general de división de Infantería de Marina.
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