El relevo que viene

Decenas de chavalines sacaron en hombros a los becerristas que actuaron en Xátiva en la I Becerrada de competición de Uescola de Tauromaquia de Valencia. Miguel Asensi y Enriquito Ponce, con añojos, protagonizaron una competencia digna del mayor elogio, al no perdonarse los quites.De otra parte, El Fundi y El Bote, de la escuela de Madrid, y Marcial Fernández y Rafael Valencia, con erales, dieron la impresion de estar capacitados para mayores empresas, evidenciando cualidades que hacen presumir que nos encontremos ante quienes tienen que protagonizar el cambio en el escalafón, ya muy visto. Estimulaba ver a estos incipientes toreros crecerse ante la cara de los novillos, entrando con gallardía en la más loable de las competencias.

Al abandonar la plaza después de la última corrida de fallas, cuando se llevaban a El Soro a hombros por la calle Rivera, los aficionados comentaban, a título de balance, que de todo el ciclo se quedaban, sobre todo, con la corrida de Celestino Cuadri, al tiempo que apostillaban: "Claro que nuestros gustos no son los mismos que los de las figuras, y por eso tenemos que ver apuntillar un toro en la plaza".

De los toreros, El Soro y Emilio Muñoz se llevaban los mayores elogios: "Han sido los únicos que han venido con mentalidad de arriesgar". Para el hijo de Carlos Arruza, había comentarios de simpatía, pero decían los que alcanzaron a ver a su padre: "El fill no es pareix res al pare".