La presa de La Aceña, en Ávila, abastecerá de agua en cuatro años a la sierra madrileña

El Consejo de Ministros del pasado miércoles dio el visto bueno a la construcción de la presa de La Aceña, que desde hace años se venía reclamando como un elemento esencial para asegurar el abastecimiento de agua potable a las localidades madrileñas de la sierra del Guadarrama, según declaró el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Julián Campo.

La presa de La Aceña se construirá en el término municipal de Peguerinos, pequeña localidad de la provincia de Avila. Las obras, incluida la conducción para unir el futuro embalse con los ya en funcionamiento de Navacerrada, Navalmedio y La Jarosa, y, por extensión, al sistema de conducciones de agua del Canal de Isabel II, exige una inversión de 2.646 millones de pesetas. El plazo de entrega de la presa es de cuatro años, que, si es posible, quedarán reducidos a tres, según el ministro. El volumen de agua embalsada será de 31 millones de metros cúbicos. La presa, de las denominadas de escollera, con pantalla de hormigón, tendrá 68 metros de altura y el canal de unión con el embalse de La Jarosa medirá trece kilómetros. Jullán Campo afirmó que la presa de La Aceña puede considerarse como un proyecto de enorme importancia, no sólo porque va a asegurar el suministro de agua potable de la zona, sino porque tendrá el efecto añadido de permitir la consolidación y expansión turística de los pueblos de la sierra del Guadarrama, área de descanso estival de muchos madrileños.El ministro añadió que hasta ahora no han surgido problemas importantes en la tramitación del proyecto, a pesar de que la presa irá ubicada en otra provincia y que, como en todas las obras de esta envergadura, será necesario expropiar terrenos. "El agua", afirmó, "es una unidad que no puede compartimentarse ni estar constreñido su aprovechamiento a límites administrativos. Debe distribuirsé según las necesidades de la población considerada en su conjunto, al margen de que hay que contar preferentemente con las necesidades de lo s habitantes más directamente afectados por la captáción de los recursos hidráulicos. Pero si en una zona hay agua suficiente, es normal que el excedente se aproveche para el suministro de otras zonas con problemas".

"Madrid", continuó el ministro, "está ya a las puertas de una situación preocupante. La presa de La Aceña permitirá, aumenta las reservas de, agua en un 40%, dato que indica la importancia de su construcción".

La capacidad de embalse del sistema formado por las actuales presas de Navacerrada, Navalmedio y La Jarosa, unido con las reservas de la presa de Santillana por una conducción utilizada sólo en caso de emergencia, no basta ya para satisfacer la demanda de la población de los pueblos serranos. El número de habitantes, que en invierno es de 100.000 personas, sube en la temporada estival a más de 600.000, que se incrementan de forma espectacular los fines de semana.