El intento de espionaje al presidente de Brasil, un 'ajuste de cuentas' dentro del Gobierno

El portavoz del Gobierno brasileño, Carlos Atila, acompañado de un subjefe de la seguridad presidencial, reconstituyó ayer para 37 periodistas brasileños y extranjeros cómo fue encontrado por un obrero el equipo de espionaje en el despacho en obras del presidente Joâo Figueiredo, hace cinco días.Todo fue llevado a cabo teatralmente, como si en cualquier momento fuera a entrar en el despacho presidencial un equipo de cine.

La presidencia brasileña dice que no hay sospechosos ni culpables. Las investigaciones serán secretas y difícilmente será posible encontrar a los responsables. Los periodistas se quedaron atónitos una vez que la Prensa y fuentes gubernamentales dijeron que se conoce gran parte de toda la trama. Se trata de una pugna política por la sucesión presidencial, el gran tema en este país.

El jefe del gabinete militar y responsable de la seguridad presidencial, general Ludwig, dijo que los autores del intento de espionaje o son muy incapaces o colocaron el dispositivo de tal manera que fuera descubierto con facilidad.

Antes de publicar la nota oficial, el general Ludwig señaló que "nadie escapará a la investigación, ni los que trabajan dentro del palacio ni los que están fuera". Después del comunicado oficial de ayer, que confirmó lo que la Prensa ya había publicado, la tesis de que el Gobierno está llevando a cabo un ajuste de cuentas se confirma.

Fuentes gubernamentales señalan que el principal sospechoso es el secretario de la presidencia de Figueiredo, mayor Hetior Aquino Ferreira, un personaje que está sometido al fuego cruzado del servicio nacional de informaciones desde que declaró públicamente su apoyo al ex gobernador de Sâo Paulo, Paulo Salim Maluf, como candidato a la presidencia.