López Cobos dirige la 'Novena' de Beethoven en el homenaje a Argenta

Esta tarde, en el teatro Real, se celebrará el concierto-homenaje a Ataúlfo Argenta, organizado por el Aula de Música de la Casa de Cantabria y patrocinado por la reina Doña Sofía. La Orquesta y el Coro Nacional, dirigidos por Jesús López Cobos, interpretarán la Novena sinfonía de Beethoven, cuyas solistas cantan la soprano Maaría Orán, la mezzo Aana Ricci, el tenor Lewis y el bajo Stamm.

No es cosa gratuita la elección de la Novena, tratándose de recordar a Argenta por sus paisanos cántabros, pues una de las cimas de triunfo y popularidad en la carrera del director de Castro Urdiales fue la coronación del ciclo de las sinfonías beethovenianas con la sinfonía-coral en la plaza Porticada, hace cerca de treinta años.Cuando el músico Ataúlfo Argenta muere y los Festivales de Santander que él contribuyera a fundar de modo decisivo le rinden su primer homenaje, en uno de los muros de la plaza santanderina de La Porticada, escenario tradicional de los ciclos internacionales cántabros, fue descubierta una placa conmemorativa.

En cierto modo, la audición de hoy, que dirige el que Ya es nuevo director de la Orquesta Nacional, Jesús López Cobos, recuerda al maestro Ataúlfo Argenta y su primera gran hazaña musical en el teatro abierto de la plaza de Velarde con la que se consolidaron y alcanzaron rango internacional los hoy célebres Festivales de Santander.

Dimensiones de prestigio mundial

En la historia de la dirección de orquesta no ha existido una figura que en menos tiempo cobrara dimensiones tan desusadas de prestigio mundial. Argenta, que ahora bordearía los setenta años, inició su carrera como pianista, aun cuando desde muy joven hicieran ensayos de dirección con orquestas juveniles. En 1945, tras una Fecunda labor al frente de la Orquesta de Cámara de Radio Nacional, se convierte en segundo maestro de la_Nacional, junto a Bartolomé Peréz Casas, al que sucede como titular de la ONE en 1947.

Pronto sale Argenta al extranjero; graba discos, el público francés lo convierrte en su ídolo y la Orquesta de la Suisse Romande, con su director, Ernest Ansermet, lo consideran algo propio.

Poco antes de morir había dirigido las Filarmónicas de Viena y Berlín, con lo que -junto al triunfo de sus grabaciones- el nombre y la figura de Argenta pisaban la definitiva madurez, iniciaban el camino que lo debía situar entre las grandes batutas de nuestro tiempo.

La muerte prematura de Argenta, como la del italiano Guido Cantelli, nos privó de un artista de primera categoría, uno de esos pocos elegidos que definen el espíritu de un tiempo.

La Casa de Cantabria ha convocado a la que fue Orquesta Nacional de Ataúlfo Argenta, en la que todavía figuran quienes fueron sus amigos y colaboradores, para acer sonar los pentagramas de la Sinfonía en re menor, con coros, de Beethoven, un mensaje de honda humanidad, al que el músico español guardó fidelidad permanente.