Los países neutrales, dispuestos a poner punto final a la CSCE
Los ocho países neutrales y no alineados presentes en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Madrid tienen, la intención de proponer, la próxima semana, un nuevo documento, que a ser aceptado por los 35 Estados participantes y poner, de esta manera, punto final a la reunión de Madrid, que se prolonga ya por espacio de dos años y medio.
El avance en el diálogo Este-Oeste por el sistema de minigrupos de trabajo ha conseguido lo que una fuente diplomática occidental definió como un proceso de clarificación, que ha dado la oportunidad a los países neutrales de presentar un nuevo documento, complementario del RM/39, que recoge los puntos de acuerdo logrados en.tre representantes del Este y Occidente.El nuevo documento neutral dejará en blanco aquellos apartados en los que las posiciones de los países occidentales y aquellos otros del Pacto de Varsovia siguen siendo intransigentes.
Desde el momento de la presentación del nuevo documento hasta la fecha de aplazamiento de la CSCE -por las vacaciones de Semana Santa-, el próximo día 25, las diversas delegaciones informarán a sus Gobiernos respectivos y discutirán los temas aún pendientes para tratar de conseguir el final de la reunión de Madrid a últimos del próximo mes de abril o principios de mayo.
Todas las enmiendas al RM/ 39 patrocinadas por los, países de la OTAN -entre ellos España- han sufrido modificaciones en los trabajos de los minigrupos.
El bloque occidental, aún aceptando una nueva redacción de estas enmiendas -todas ellas relativas a una potenciación de los derechos humanos- no estaba dispuesto a retirar ninguna.
Como dijo el embajador de una potencia europea del oeste, "debemos confirmar nuestra obligación política (la de Occidente) de defender los derechos del hombre".
En tal sentido se inscribió, en el plenario de ayer, una dura intervención del embajador norteamericano, Max Kampelman, recordando la violación del Acta de Helsinki por parte soviética y criticando una reciente normativa rumana, que pone trabas económicas para la libre emigración.
La respuesta del delegado soviético, Serguei Kondrachov, no se hizo esperar, y, por primera vez desde el comienzo de esta fase de la CSCE, surgió un duelo dialéctico URSS-EEUU, que sorprendió a la mayoría de las delegaciones.
Es prematuro decir si la intervención norteamericana influirá en los próximos trabajos de los minigrupos, que se enfrentarán con los aspectos candentes de la CSCE, tales como la definición de la zona de seguridad europea, dónde deben aplicarse las medidas de confianza entre ambos bloques y el mandato para una Conferencia sobre Desarme en Europa.
Otro de los temas que quedan por definir es el lugar de la próxima CSCE. Hasta el momento, hay dos candidaturas oficiales, la de Bruselas y Bucarest. Sin embargo, una fuente, que pidió expresamente no ser citada, aludió a la posibilidad de que la próxima Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa se reúna en Viena, probablemente en 1986, con motivo de la inauguración de un suntuoso palacio de congresos.
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