Tras la lectura
del editorial del jueves 24 de febrero, "La nacionalización de Rumasa", se me ocurre protestar por lo que considero ligereza e inoportunidad de los comentarios relacionados con la actitud del Gobierno y, sobre todo, del señor ministro Boyer.Existe, en mi opinión, precipitación, y por ello interpreta la actitud del señor ministro de Economía como un acto de autoridad para ganar una supuesta batalla con el señor Ruiz Mateos, iniciada tan sólo unos días antes, y así poder conservar el sillón ministerial.
Probablemente, veinticuatro horas más tarde, tras la conferencia de Prensa del señor Boyer, esta opinión, en cierto modo irresponsable, no habría sido difundida por todos los rincones de nuestro país.
Considero que estos editoriales, quizá poco meditados, contribuyen a dañar de forma algo gratuita la confianza del pueblo en el primer Gobierno del PSOE y, quizá, en uno de sus mejores ministros./
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