El Gobierno socialista griego desmiente rumores sobre un intento de golpe de Estado de militares involucionistas
Intensos rumores sobre un intento de golpe Estado, desmentidos ayer por el Gobierno, han circulado en Grecia durante las últimas 48 horas en relación con unos ejercicios militares de alerta. Fuentes diplomáticas griegas en Bruselas informaron del arresto de unos quince coroneles, al parecer implicados en el compló. En Atenas, la Prensa recogía ayer en sus titulares el fracaso de un intento de golpe protagonizado por "grupúsculos juntistas". Fuentes diplomáticas de la capital belga, informa Andrés Ortega, afirmaron que "algo había ocurrido en Grecia", aunque precisaron que se trató de una intentona localizada, "un plan sobre el papel que no fue puesto en práctica".
El portavoz del Gobierno socialista griego, Dimitris Marudas, presentó los ejercicios militares, celebrados el 26 y 27 de febrero en la región de Atenas, principalmente, como de pura rutina. Precisó que reina la calma en todo el país y calificó de extravagantes los rumores sobre un golpe de Estado.En el marco de estos ejercicios, las secciones locales del Partido Socialista griego (PASOK) fueron puestas en estado de alerta. Los líderes de los principales partidos políticos (socialistas, comunistas y conservadores de Nueva Democracia) fueron informados de la situación en la noche del domingo, según informa desde Belgrado Juan Elorriaga. El PASOK, según fuentes solventes, recomendó a varios de sus dirigentes que abandonaran sus domicilios, mientras que en varios pueblos se reunieron las secciones locales de los diferentes partidos.
El diario ateniense de centro-izquierda Ariani informó ayer que "el golpe fracasó" porque las fuerzas de seguridad y el Ejército lo impidieron". El progubernamental Etos tituló: "Misterioso movimiento de duendes inquietó al país causando movilización de fuerzas democráticas".
Aunque se mantiene en Atenas una absoluta discreción sobre este asunto, la población parece inclinada a creer que no hay humo sin fuego, según la impresión recogida en la capital griega por el diario Le Monde. Los hechos ocurrieron, según distintas versiones, en el triángulo de Evros, en la frontera con Bulgaria y Turquía, donde, en razón de la tensión permanente entre Atenas y Ankara, está acantonado el III Ejército griego, auténtica punta de lanza de las fuerzas armadas de Grecia. Esta región ha sido siempre una zona de turbulencia militar, como se demostró antes del golpe de Estado de los coroneles del 21 de abril de 1967 y, después, en diciembre del mismo año con la rebelión abortada de los generales monárquicos.
La actuación de Papandreu
El sábado, según la versión obtenida en Bruselas, varios ministros fueron convocados por el jefe del Gobierno, Andreas Papandreu, al tiempo que éste establecía un contacto con el Alto Estado Mayor. Fue entonces cuando el primer ministro decidió ordenar maniobras militares para justificar los movimientos de tropas.
Hace nueve meses el Gobierno tuvo que desmentir otro intento de golpe de Estado coincidiendo con unas maniobras que, oficialmente, fueron consideradas normales.
Entre las razones subyacentes de los rumores golpistas se encuentra, según fuentes diplomáticas, la resistencia de una parte del estamento militar griego a debilitar los lazos con Estados Unidos. En efecto, el Gobierno de Papandreu ha hecho pública su firme posición respecto a la necesidad de desmantelar la bases norteamericanas en suelo. griego. Atenas se convirtió además la semana pasada en el primer país de Europa occidental que ha recibido a un jefe de Gobierno de la URSS, concretamente Nicolai Tijonov.
Existe, por otra parte, un malestar en el seno de las fuerzas armadas griegas por la forma draconiana y parcial en que, según el criterio de los militares, se ha llevado a cabo la democratización del país desde 1974. Mientras más de 2.500 oficiales fueron excluidos de las fuerzas armadas, no se tomó ninguna medida contra más de un centenar de ministros y secretarios de Estado civiles que habían servido a la junta de los coroneles.
Esto contribuyó a aumentar la politización del Ejército. En las legislativas de 1981, ciento setenta oficiales en activo se presentaron como candidatos. El primer ministro socialista se ha esforzado durante su año y medio de gestión por mantener a los militares al margen de la actividad política, pero el enfrentamiento se ha producido, de hecho, entre la oposición, que no ha dejado de utilizar el descontento de ciertos medios militares, y la fracción más radical del PASOK, que ha querido acelerar la democratización de las fuerzas armadas, con el riesgo de crear nuevos guetos militares. Los oficiales considerados como derechistas han sido fichados, vigilados y trasladados de sus cuarteles.
Papandreu, que es también ministro del Ejército, ha intentado concentrar la actividad militar en la custodia del mar Egeo contra eventuales agresiones turcas y ha favorecido la ratificación por el Parlamento de toda petición de aumento de los presupuestos militares. De esta manera, el presupuesto de defensa griego es el mayor per cápita de Occidente.Desde julio de 1982, el malestar militar se ha traducido en incidentes en varias unidades, e incluso en la escuela de oficiales del Ejército del Tierra en Atenas. Ha contribuido al clima de inquietud en las fuerzas armadas la aparición de los comités de soldados, algunos de cuyos miembros han aparecido uniformados en conferencias de Prensa y han participado en manifestaciones de izquierda.
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