La advertencia militar norteamericana a Gadafi pretende abortar un supuesto plan libio para desestabilizar Sudán
Fuentes de la inteligencia norteamericana precisaron ayer que el potencial plan del líder libio, coronel Gadafi, para derribar el régimen sudanés de Numeiri incluía una incursión de aviones libios sobre Jartum, capital de Sudán, que debía llevarse a cabo dentro de los próximos siete días. Otros observadores interpretan la tensión provoca por el envío de cuatro aviones AWACS a Egipto y el estacionamiento de portaviones Nimitz en el golfo de Sidra como una advertencia de Washington contra todo intento libio de influir en sus vecinos
Grandes contingentes de fuerzas de infantería mecanizada, aviones y bombarderos del Ejército libio han sido concentradas a lo largo de la frontera libio-sudanesa, informaba ayer Efe. Por su parte, la agencia oficial libia Jana señalaba que los aviones de espionaje norteamericanos AWACS habían interceptado los sistemas de comunicación civil libios.Un alto funcionario de la Administración norteamericana reconoció ayer que la situación en la frontera entre Libia y Sudán fue la pasada semana "un poco más tensa" de lo habitual, según informa desde Washington Ramón Vilaró. Precisó que el movimiento del Nimitz -que participó los días pasados en un ejercicio naval en el golfo de Sidra, del que ya se ha retirado- era una actividad normal en tiempo de paz, mientras que el envío de AWACS (Airborne Warning and Control System) está relacionado con la tensión con Libia.
Portavoces de la Administración norteamericana, que no quisieron ser identificados, insistieron en que el envío de los AWACS a Egipto estuvo directamente relacionado con el riesgo de un ataque libio contra Sudán. Las mismas fuentes añadieron que, con la ayuda de los aviones radares, los F-4 egipcios podrían destruir la fuerza aérea libia.
Confirmando el clima de tensión existente, Vernon Walters, ex subdirector de la CIA y ahora asesor del Departamento de Estado, ha viajado a Jartum con un mensaje de apoyo del presidente Ronald Reagan a Numeiri, según informa The New York Times. El Departamento de Estado prefirió anoche calificar como "una mera coincidencia" la presencia del alto funcionario norteamericano en Sudán.
La cadena de televisión ABC informó ayer que durante la estancia del Nimitz en el golfo de Sidra estuvo a punto de producirse un enfrentamiento entre aviones libios y cazas norteamericanos similar al ocurrido en 1981, en el que fueron derribados dos aparatos libios.
La disputa de las aguas
Libia ha declarado que la zona del golfo de Sidra se halla incluida en sus aguas territoriales, mientras Estados Unidos considera que la jurisdicción libia no va más allá de veinte kilómetros de sus costas, por lo que la Marina norteamericana tiene el derecho de efectuar ejercicios fuera de ese límite.No es de descartar, informa Manuel Ostos desde Argel, que, en el marco de la tensión existente entre Libia y EE UU, Washington estime oportuno sondear de nuevo las defensas libias para hacer comprender al coronel Gadafi que no debe provocar ningún incidente con sus vecinos egipcio y sudanés.
A esto hay que añadir el hecho de que, desde enero de este año, Estados Unidos ha incluido a Sudán y Egipto en la zona geográfica operacional del nuevo mando unificado Centcom, que se extiende desde Pakistán hasta las costas del este de Africa.
Tampoco puede descartarse -Y esta hipótesis se abre camino en Argel, donde tiene lugar actualmente la reunión del Consejo Nacional Palestino- que el presidente Ronald Reagan haya considerado necesario aprovechar este momento delicado de las relaciones entre Gadafi y el ala moderada de la OLP para hacer ver al jefe de la Yamahiria que los planes de contención elaborados por el Pentágono, en los que Marruecos juega un papel importante, siguen ma vigentes que nunca.
En Argel no se descarta que e envío de los AWACS a Egipto, acción aprobada por el presidente Reagan, se haya producido tenienn do en cuenta algunos factores que han creado un sentimiento de ddee sagrado entre Libia y otros países árabes. Esos factores son: la convocatoria en Trípoli, poco antes de la reunión del CNP, de los dirigentes de las fracciones marxistas de la OLP para condenar la acción moderada de Yasir Arafat; la degradación de las relaciones libioargelinas, aunque es imprevisible que Argel no se ponga del lado de Gadafi si se vuelve a repetir el incidente aéreo ocurrido en el golfo de Sidra, y el cansancio progresivo que reina en las capitales árabes por la política incoherente del coronel libio, condenada en Argel con mucha claridad por el dirigente militar de la OLP Abu Jihad.
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