Lo que pasó en Malasaña

Tengo quince años y estudio primero de BUP. El pasado sábado, día 12, estuve con mi hermana y un amigo en los carnavales, en el barrio de Malasaña. Los tres íbamos disfrazados, había un ambiente verdaderamente bueno y amigable, la gente se paraba, te decía hola, comentaba tu disfraz y luego nos despedíamos tan contentos. Cuando nos disponíamos a buscar a dos amigos más en la plaza del Dos de Mayo vimos que había aparcados, y con las sirenas sonando, varios coches de la policía, pero la mayor sorpresa fue al ver salir de detrás de una esquina a un pobre chico corriendo lo más que podía y con las manos cubriéndose la cabeza, perseguido por un enorme policía con una, igualmente, enorme porra, dispuesto a golpear. La gente corría con la cara pintada. Una camioneta policial vino directamente hacia nosotros y, antes de que se hubiese parado totalmente, se abrieron sus puertas y comenzaron a salir policías armados, tirando pelotas de goma y bombas de humo. Hubo una avalancha de gente corriendo en todas direcciones; yo me caí al suelo a dos metros de la policía, mi hermana me ayudó a levantarme y nos pusimos a correr. Yo apenas podía hacerlo a causa de mi disfraz. La gente gritaba: "¡Asesinos!". De nuestros amigos no supimos hasta el día siguiente.Ahora, una pregunta: ¿Son éstas las fuerzas del orden? ¿Son estos los señores que nos defienden? Si es así, propongo crear una policía para defendernos de la policía.

Si cuando detuvieron al chaval del bar la gente los insultaba (que, por cierto, es la excusa que se han buscado para ponerse a pegar tiros, creo) sería porque son totalmente antipopulares, la gente les tiene, perdón, les tenemos miedo y, además, llegaron allí con ganas de bronca.

Verdaderamente estoy perdiendo la fe en la democracia, pues, por lo que veo, los que nos controlan directamente siguen siendo los mismos o, por lo menos, son iguales a los de antes. Espero que me publiquéis esta carta, pues creo haber oído alguna vez por ahí que hay libertad de expresión. /