Gil-Albert ofrece en el Ateneo una 'Iectura teatral' de su obra literaria
El escritor Juan Gil-Albert (Alcoy, 1906) inauguró el martes un ciclo de aula abierta de poesía del Ateneo de Madrid, organizado por la junta gestora y presentado como "una apertura del proceso de normalización de la vida cultural del Ateneo". Gil-Albert dedicó su recital a la compañía que hoy estrena, en la sala Olimpia, la versión teatral de su relato Valentín, con dirección de Pedro Carvajal. Antes de leer dos textos de su libro Cómo pudieron ser y dos poemas señaló que "leer en voz alta ha sido para mí una manera elocuente de hacer teatro".
Juan Gil-Albert presenció anoche un ensayo general de la obra Valentín. Homenaje a William Shakespeare, que hoy se estrena en la Sala Olimpia, de Madrid, por la compañía Margen, en adaptación teatral de Juan Luis Iborra. Tanto el director, Pedro Carvajal, como el adaptador, Juan Luis Iborra, fueron citados por Gil-Albert en la breve introducción a su lectura, dedicada expresamente al grupo de jóvenes que han llevado el relato Valentín a los escenarios.La vinculación del recital al teatro fue expresado por el propio escritor al indicar que desde sus años escolares "leer en voz alta ha sido para mí una manera elocuente de hacer teatro", lo que a continuación demostró con una lectura interpretativa del narrador y los personajes de los textos La emperatriz y Tiziano y La enana del Carreño, de su libro Cómo pudieron ser (Las galerías del Prado), publicado en 1929, y los poemas El actor, en homenaje a William Shakespeare, y Mi nostalgia, como recuerdo a Játiva.
El escritor Luis Antonio de Villena destacó en su presentación la importancia de Juan Gil-Albert como escritor y la trayectoria que ha recorrido desde la vuelta del exilio, en 1947, hasta el reconocimiento actual tras realizar "una obra totalmente en solitario", que se da a conocer en publicaciones minoritarias, como La trama inextricable, sigue con la antología poética Fuentes de la constancia, de 1972, y llega a la actualidad con la publicación de su obra completa en varios volúmenes, a cargo de la Institución Alfonso el Magnánimo.
Calificado como "uno de los mejores escritores de su generación, por la intrínseca calidad de su obra y una literatura muy singular en el panorama literario español", Luis Antonio de Villena destacó los libros Las ilusiones, Los homenajes, Valentín, Heraclés, Crónica general y Breviarium vitae, para señalar como precedentes en el talante de su obra a Fray Antonio de Guevara y Montaigne. El deseo de sosiego y el afán de belleza y de civismo son algunos de los elementos de la obra gilalbertiana, según De Villena, quien destacó también el gusto por la mediterraneidad y la cultura, una moral pagana, el absoluto vitalismo- contrario al decadentismo- y una búsqueda de la armonía y de la libertad.
Por otra parte, Juan Luis Iborra, adaptador y actor de Valentín, manifestó ayer la enorme ilusión de todo el grupo ante el estreno de la obra, donde se ofrece la reflexión personal del protagonista, a partir de la represión homosexual, junto al recuerdo de la vida de los cómicos y el medio teatral en la Inglaterra de Shakespeare.
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