El Papa anuncia oficialmente su visita a América Central
El papa Juan Pablo II anunció ayer ante cinco mil fieles congregados en la plaza de San Pedro para escuchar, a pesar de la lluvia, la alocución del Angelus, que durante los diez primeros días de marzo efectuará una visita pastoral a Costa Rica, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Guatemala, Honduras, Belice y Haití.
Al anunciar su viaje a América Central, el Papa declaró: "Tengo la alegría de anunciaros que durante los diez primeros días de marzo iré a visitar, si Dios quiere, a las comunidades cristianas de Costa Rica, Nicaragua, Panamá El Salvador, Guatemala, Honduras, Belice y Haití, aceptando así la invitación que me ha sido cursada por los obispos y autoridades civiles de esos países".
"El primer día", añadió, "el 2 de marzo, tendré en San José de Costa Rica el consuelo de reunirme con los obispos del Sinposio Episcopal de América Central, y el 9 de marzo, antes de abandonar Centroamérica, me reuniré en la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro con los obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano, que estarán en Puerto Príncipe (Haití) para asistir a su asamblea".
"Coloco", agregó, "esta visita pastoral bajo la protección de la Virgen, tan venerada por aquellos fieles", y a las oraciones que espero, ofreceréis al Señor para que tenga éxito este viaje apostólico en esos países tan entrañables para mi corazón y que tanto padecen".
Esta visita es el trigésimo sexto viaje pastoral del Papa al extranjero, si se excluye una breve estancia en San Marino, y su cuarto desplazamiento a Latinoamérica. Juan Pablo II estuvo en México en 1979; en Brasil, en 1980, y en Argentina, en 1982.
Llamamiento papal
Juan Pablo II formuló también ayer un llamamiento angustiado a favor de los casi dos millones de personas expulsadas de Nigeria: "Las graves noticias que conciernen al éxodo masivo de Nigeria de varios cientos de miles de refugia dos africanos hacia su país de origen llenan mi corazón de una pena profunda y de una gran aprensión para tantos seres humanos que son también nuestros hermanos"."Esta tragedia, completamente nueva, por lo menos con estas proporciones y en nuestro siglo, perturba nuestra conciencia. Debería incitar a aquellos que pueden intervenir, tanto a nivel nacional como internacional, sobre los motivos económicos que han originado esta situación y sobre todo en defensa de estas gentes sin protección".
"Hay grupos y organizaciones que ya han contestado rápida y generosamente a los llamamientos que les invitan a socorrer a nuestros hermanos. Deseo renovar estos llamamientos para que los socorros aumenten en proporción con los daños". concluyó.
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