Irán acumula hombres y material para lanzar una nueva ofensiva contra Irak
RAFAEL FRAGUAS ENVIADO ESPECIAL, Más de 25.000 ataúdes han sido encargados por las autoridades iraníes a ebanistas de todo el país, para enviarlos a los frentes de batalla en los próximos días, según una información no confirmada que circula por Teherán en las últimas horas.
Ello se convierte en un elemento más para avalar la información según la cual Irán está concentrando unos 600.000 hombres en su fontera con Irak con el propósito de invadir el país vecino por múltiples puntos en fechas inminentes.A esto hay que añadir la confirmación en París, por parte de Charles Hernu, ministro galo -de Asuntos para la Defensa, de la venta a Irak de veintinueve Mirage-2000, que pasarán a en grosar la aviación de Bagdad, así como las continuas insinuaciones de la Prensa iraní de que los días finales de la guerra se acercan velozmente.
Resulta revelador para los observadores el hecho de que los dirigentes iraníes acostumbran a anunciar con cierta antelación sus grandes ofensivas militares, corno la de Fath ol Mobine o la del Ramadán, que en la pasada primavera permitieron cosechar a Irán importantes triunfos militares que culminaron con la reconquista del puerto de Jorramshahr, junto al Pérsico, o la previa ruptura del cerco sobre Abadán.Todo ello permite prever que en las próximas fechas Irán anunciará en regla la apertura de la nueva ofensiva, temida ya, por el Estado Mayor iraquí desde hace tres semanas, según manifestó recientemente a este enviado especial un general jefe del Estado Mayor de las fuerzas de Al Mansur, estacionadas en el área de Janaquin, a unos 150 kilómetros al norte de Bagdad y a escasos kilómetros del importante enclave iraní de Qasr e Shrine.A pesar de todas las evidencias se desconocen los detalles de la eventural nueva ofensiva aunque nadie la descarta. En Irán se asegura que la batalla final sobrevendrá en los próximos días, para coincidir con el 22 del mes de Bahman (nuestro 11 de febrero), techa en la cual los iraníes conmemoran el cuarto aniversario del triunfo de la revolución islámica.
Esta tensión contrasta la tranquilidad que se respira en Teherán, donde los observadores aseguran con cierta ironía que algo debe estar sucediendo en la capital iraní -en el plano de las costumbres ya que las mujeres, que comienzan a sustituir el negro chador por los pañuelos de cabeza, se atreven a fumar abiertamente por las calles.
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