Polémica sobre las medidas de seguridad del banco

El atentado contra la central del banco de Vizcaya, en Bilbao, fue advertido previamente por un comunicante anónimo que dijo hablar en nombre de ETA Militar. Según el gobernador civil, entre la llamada y la explosión mediaron escasamente tres minutos de tiempo, insuficientes, a todas luces, para desalojar el edificio, lo que hubiera evitado la tragedia; otras fuentes, del personal del banco, dijeron, sin embargo, que la llamada se había producido a las 9,30 de la mañana, y la explosión a las 9,40, lo cual supone diez minutos entre ambos hechos.El secretario general de la UGT de banca se dirigió ayer al ministro del Interior en petición de que "se investigue el tiempo transcurrido entre el aviso recibido en el banco de Vizcaya y el momento de la explosión de la bomba, ya que no es infrecuente, en diversos bancos, la peligrosa práctica de no desalojar las oficinas, ni avisar a los trabajadores cuando se producen avisos de bomba".

Las medidas de seguridad del banco y las condiciones en que se produjo la evacuación de las oficinas, después de la explosión, fueron criticadas por miembros de su personal, y en concreto por el comité de empresa.

Según fuentes de este último, el banco de Vizcaya registraba, de forma sistemática, a los empleados del mismo y mantenía controles en el paso de unas plantas a otras del edificio; sin embargo, el acceso de clientes a los dos primeros pisos era totalmente libre, y las medidas de control sobre los mismos sólo se producían cuando los clientes accedían a las plantas superiores. Siempre según las mencionadas fuentes del comité de empresa, la evacuación del edificio registró problemas en la mañana de ayer, tras la explosión de la boniba, ya que algunas puertas de comunicación entre plantas y de acceso a la escalera de emergencia estaban cerradas y no se pudo localizar la llave correspondiente. Cabe la posibilidad de que el nerviosismo producido por la explosión incrementara los problemas para hacer eficaces las medidas de evacuación.