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Grecia pide una importante contrapartida para mantener las bases norteamericanas

La negociación sobre el estatuto de las bases norteamericanas en Precia, iniciada en Atenas el pasado mes de octubre, ha entrado en una fase decisiva y controvertida. Por este motivo, el primer ministro griego, Andreas Papandreu, busca una solución que tenga un amplio consenso nacional, para lo cual ha mantenido conversaciones con los representantes de todos los partidos políticos helenos.

Papandreu afirmó el miércoles que las citadas bases sólo sirven a los intereses de Estados Unidos, no a los de Grecia ni a los de la OTAN, y que la única cosa que justificaba su mantenimiento es que Estados Unidos ofreciese "una importante contrapartida".Según los observadores políticos en Atenas, el Gobierno griego desea obtener de Washington, además de contrapartidas financieras, una importante ayuda económica y militar a cambio de la presencia norteamericana en la bases instaladas en territorio griego.

En este nuevo cielo de negociaciones quedan por superar importantes divergencias. Los negociadores norteamericanos han rechazado la solución de un alquiler similar al adoptado con las bases instaladas en España. Estados Unidos no acepta el más mínimo control de las actividades en esas instalaciones, ni la menor restricción en su utilización. Queda también por definir la duración del nuevo acuerdo, así como las contrapartidas económicas que pagará Estados Unidos a Grecia.

El primer acuerdo relativo a la utilización de aeropuertos griegos por parte de Estados Unidos se remonta a 1947. Fue ampliado un año después, y posteriormente, con la incorporación de Grecia a la OTAN, los norteamericanos firmaron un segundo acuerdo en 1952 que tenía en cuenta los artículos tercero y quinto de los estatutos de la Alianza Atlántica. Un año después fue rubricado un texto más completo que afectaba a unas cuarenta instalaciones militares.

En febrero de 1975, el Gobierno presidido por Constantino Caramanlis inició conversaciones con Washington sobre el estatuto jurídico de los miltares norteamericanos en Grecia. Sin embargo, estas conversaciones se fueron dilatando en el tiempo sin resultados prácticos. En 1977 se esbozó un acuerdo de defensa, a la espera de negociar una fórmula que respondiese simultáneamente a los intereses de Grecia y a los imperativos estratégicos de EE UU.

El problema se complicó por las posturas adoptadas por el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) y su líder Andreas Papandreu, que durante la campaña electoral de 1981 afirmó que pretendía retirar a Grecia de la OTAN y cerrar las bases norteamericanas.

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