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La muerte del general marroquí Ahmed Dlimi pudo tratarse de un compló

Una semana exacta después de la muerte del general Ahmed Dlimi, ninguna aclaración oficial ha sido dada a conocer para hacer frente a los rumores cada vez más serios que circulan en Rabat a este respecto.Por el contrario, y según datos procedentes de fuentes habitualmente bien informadas, los testimonios más recientes parecen desmentir la tesis oficial de que la muerte del segundo hombre del régimen marroquí, a las 19.15 horas del martes pasado, se debió a una imprudencia del chófer, más o menos loco, que conducía un camión robado y que se dio a la fuga tras el accidente.

Según han declarado algunos testigos presenciales, el general Ahmed Dlimi venía en su Mercedes azul, vehículo blindado, después de haberse entrevistado con el rey Hassan II en el club de golf de Marraquech. El monarca alauita le había hecho venir de la capital marroquí a las tres de esa misma tarde.

Cuando se encontraba ya a unos doscientos metros de la pista que lleva a su residencia, en una curva pronunciada, se encontró de repente con un camión aljibe que venía en sentido contrario y con los faros apagados.

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Testigos de la muerte de Dlimi aseguran haber oído explosiones antes del accidente

Viene de la página primeraDe acuerdo con estos testigos, el general, que viajaba en el asiento de atrás, advirtió a chófer del peligro y saltó fuera inmediatamente, pero fue literalmente aplastado por el camión, que rozó el lateral izquierdo del Mercedes.

Los testigos en cuestión aseguran haber oído una primera explosión, seguida de otras varias, originadas al parecer por granadas, pero cuando llegaron al lugar del hecho el automóvil de Dlimi era ya pasto de las llamas, el general estaba muerto y el camión se daba a la fuga.

Unos minutos después llegaron fuerzas de la gendarmería de Marraquech que dispersaron a los numerosos curiosos, e inmediatamente unos camiones grúa procedieron a retirar de la pista el coche del general y a recoger todos los restos que hubieran podido quedar sobre el lugar.

Se afirma asimismo que el propietario del camión, robado una semana antes, un empresario de Marrakech, y toda su familia han sido detenidos y al parecer ayer también lo fue el chófer del camión.

Según otras informaciones que se confirman, una docena de oficiales (cuatro coroneles y ocho comandantes), entre ellos el coronel Buairat, jefe de comandos de la guardia real; el coronel Harchi, experto en la guerra del Sahara, y el comandante de la gendarmería de Marraquech, entre otros, habían sido detenidos una semana antes

Por el contrario, no se ha podido confirmar la detención de una veintena de personas del palacio real de Rabat, de cuya incomunicación se habla entre los muchos rumores de estos días.

La única información oficial del suceso continúa siendo el escueto y vago comunicado dado a conocer el martes por el Ministerio de la Casa Real. Sin embargo, hay un hecho que se interpreta aquí como significativo: que el Ejército no haya presentado sus condolencia por esta muerte al rey.

Asimismo, el martes, día del accidente, y el miércoles, día del desplazamiento del rey Hassan II a Rabat para recibir al presidente francés, François Mitterrand, las fuerzas armadas marroquíes fueron colocadas en estado de alerta.

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