África del Sur, acusada de desestabilizar económica y políticamente a sus vecinos
Suráfrica ha sido acusada de desestabilizar política y económicamente a los países vecinos, y, muy especialmente a Lesoto, Zimbabue, Angola y Mozambique, durante la Conferencia para el Desarrollo de Africa Meridional (SADCC), que tiene lugar estos días en Maseru (Lesoto) y a la que asisten nueve países africanos y los representantes de otros 35 países y 22 organismos internacionales.
El secretario ejecutivo de la conferencia, Arthur Blumeris, de Zimbabue, afirmó que en las últimas semanas "no ha pasado un solo día sin que tuviéramos noticia de la destrucción de una parte de nuestra infraestructura". En una provincia en la que actúan disidentes del Gobierno de Robert Mugabe presuntamente financiados por Pretoria, ha sido decretado el toque de queda y muchos granjeros blancos residentes en Zimbabue se encuentran desde hace dos semanas en estado de guerra.
El representante de la CEE, Edgar Pisani, tuvo palabras de gran dureza para el régimen de Pretoria, que, dijo, está tratando de destruir social y económicamente a sus vecinos. Pisani consideró a Suráfrica como el "último responsable" de la presencia de 30.000 soldados cubanos en Angola, y afirmó que su política de apartheid provoca los ataques guerrilleros contra su territorio. Las acciones de represalia de los surafricanos se distinguen, según Pisani, porque no están dirigidas contra objetivos militares, sino contra objetivos sociales y económicos.
Según informaciones recogidas en Londres, tres años después de la independencia de Zimbabue los granjeros blancos que decidieron quedarse han vuelto a organizar, con permiso del Gobierno de Mugabe, una milicia civil, a fin de protegerse contra los ataques de grupos no identificados, que en las últimas cuatro semanas han asesinado a veinte personas, blancas y negras. Los granjeros y sus familias han instalado rejas y ventanas antigranadas, van armados continuamente y no pueden alejarse más de cincuenta metros de sus casas a partir de una hora determinada. El partido de la oposición, ZAPU -que niega cualquier relación con las bandas de disidentes-, ha acusado a las fuerzas del orden de atacar a personas inocentes.
En este ambiente de tensión incrementada, los países de la SADCC han aprovechado la conferencia de Lesoto (pequeño pais rodeado completamente por Suráfrica y cuya capital, Maseru, fue objeto de un mortífero asalto el pasado mes de diciembre) para lanzar un duro ataque contra Pretoria ante los representantes de medio mundo industrializado. Los nueve países de la SADCC (Tanzania, Malaui, Zimbabue, Botsuana, Zambia, Lesoto, Suazilandia, Mozambique y Angola) pretenden obtener de esta conferencia un préstamo por valor de 3.500 millones de dólares que les ayude a mejorar su infraestructura viaria y agrícola y les permita, al tiempo, disminuir su dependencia econónuca de Suráfrica, que es el gigante comercial de la región.
El vicepresidente de Botsuana, Peter Mmusi, pidió a los países MÍdustrializados una política de sanciones selectivas contra el régimen de Pretoria y recordó que todos los planes de desarrollo de los países de la SADCC serán fallidos si no se consigue parar la política de agresión de Suráfrica.
Pocas horas después de iniciarse la conferencia, un grupo armado atacó un depósito de agua y un matadero cerca de Maseru.
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