_
_
_
_

En Fuenlabrada, los pediatras sólo pueden dedicar 30 segundos a cada niño

A las 12.40 horas de ayer, en el consultorio de la calle Málaga, de Fuenlabrada, el auxiliar encargado de entregar los números de espera para la consulta del pediatra daba a una señora el 163. Hasta las 13.30 hay tiempo para llegar al número doscientos, una cifra considerada como habitual. Teniendo en cuenta que la consulta es de dos horas, el cálculo arroja una media de 36 segundos para reconocer y prescribir medicación a cada niño.

El pasado 28 de diciembre, como si de una broma macabra se tratara, los médicos batieron su propio récord y el número de niños atendidos fue de 350. Algo menos de veinte segundos por paciente. Tres de los seis pediatras del consultorio han solicitado el traslado. La doctora Santos, uno de los facultativos, declara que "cada vez que pienso lo que me espera en la consulta, soy yo la que me pongo mala"Un escrito remitido por el Ayuntamiento a la opinión pública señala que en la última semana de diciembre y la primera de enero, los niños que acudieron a consulta rondaron los trescientos diariamente, lo que supone la imposibilidad objetiva de atenderlos a todos". Lo grave de este estado de cosas es que nadie atisba soluciones hasta ahora. A últimos de enero de 1981, hace justamente dos años, el alcalde de Fuenlabrada, Manuel de la Rocha, ya denunciaba el hecho de que sólo se contara en el pueblo con dos consultorios sin especialidades para una población superior a los 80.000 habitantes y se citaba, como dato demostrativo por sí solo, que los médicos estaban obligados a atender una media de 110 enfermos en las dos horas de consulta. La situación, de nuevo según las palabras del alcalde, ha empeorado y ni las numerosas gestiones ante las autoridades sanitarias, ni las protestas y las movilizaciones han servido.

Esperanzas frustradas

En enero de 1982, sin embargo, una buena noticia consiguió calmar la insatisfacción del vecindario. De la Rocha anunció que, por fin, se le había comunicado la decisión de construir un ambulatorio completo. Las obras durarían once meses y contaban con un presupuesto de trescientos millones, incluidos los 65 necesarios para equipamiento. La empresa adjudicataria sería del grupo del Instituto Nacional de Industria. Parecía que iba en serio.Un año más tarde, el ayuntamiento ha tenido que constatar que se trato de una nueva promesa incumplida. Manuel de la Rocha se queja amargamente de la poca sensibilidad de las autoridades ministeriales hacia las necesidades reales de la población. La asistencia pediátrica, según sus palabras, no puede calcularse estrictamente de acuerdo con las normas generales del Insalud que señalan la adscripción de un pediatra por cada tres facultativos de medicina general. Por ejemplo, en Fuenlabrada, que ha pasado de 8.000 a 80.000 habitantes en diez años, la inmensa mayoría de los matrimonios son de edad joven y la población infantil es mucho mayor que en ciudades más asentadas. También el número de pediatras debería ser proporcionalmente mayor. El ayuntamiento ha calculado que la primera medida para racionalizar la asistencia es contar con consultas de pediatría durante seis horas diarias, para lo cual sería necesario contratar especialistas, además de los que ya corresponden legalmente.

Ayer, el pequeño consultorio estaba abarrotado. La doctora Santos afirmó que ha pedido el traslado, como otras dos compañeras, porque se siente desbordada por la situación. Los pediatras, haciendo gala de un buen hacer profesional, prolongan sus dos horas de consulta hasta que atienden, bien que mal, a todos sus pacientes, lo que no impide las continuas protestas de aquéllos, para quienes el único factor que cuenta es que sus hijos no están suficientemente atendidos.

Las cosas se agravan a partir de las cinco de la tarde y hasta las nueve de la mañana del día siguiente, período en el que la asistencia sanitaria del pueblo se reduce al servicio de urgencia. Desde hace años, y a pesar de la necesidad objetiva de su ampliación y de las presiones del vecindario y del ayuntamiento, este servicio cuenta con un sólo médico y un Ayudante Técnico Sanitario para una media diaria de trescientas asistencias. La legalidad es incumplida sistemáticamente. Fuenlabrada ha sobrepasado las 25.000 cartillas de la Segurídad Social y sólo por ese concepto tiene derecho a disponer de un servicio especial de urgencia (SEU) mejor dotado.

También en este caso el ayuntamiento consiguió que el ex secretario de Estado para la Sanidad, Luis Sánchez Harguindey, asumiera el compromiso público de poner en marcha el SEU en abril de 1982, sin que hasta el momento se haya pasado de las buenas intenciones.

Manuel de la Rocha ha ordenado la confección de una circular, que se repartirá en los consultorios, para que todos los ciudadanos estén al tanto de la gravedad de la situación, de las gestiones municipales y de su inutilidad hasta el momento. El ayuntamiento no descarta movilizaciones populares, que los mismos concejales están dispuestos a encabezar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_