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Saddam Hussein asegura que Irak rechazará la nueva ofensiva militar del régimen iraní

ENVIADO ESPECIAL, Saddam Hussein, máximo dirigente militar y político de Irak, aseguró ayer en Bagdad que su país "aplastará la nueva ofensiva bélica que Irán prepara contra el territorio iraquí, en la zona de Missan, para los próximos días". El dirigente iraquí, que atribuyó la responsabilidad de la guerra al ayatollah Jomeini, no descartó, empero, mantener en Teherán una entrevista con su rival, "si no lo considera un pecado".

Hussein realizó estas afirmaciones ayer en la sede del Parlamento iraquí, en Bagdad, ante un grupo de periodistas españoles que visitan el país por primera vez desde el origen de la guerra, en septiembre de 1980. Saddam Hussein, de 43 años, que acumula en su persona el mando supremo de las fuerzas armadas y del Consejo revolucionario iraquí, admitió que el desarrollo de la guerra deteriora la situación política en su país. Dijo igualmente que la reciente designación del cristiano Tarek Aziz como ministro de Asuntos Exteriores se produjo "a causa de la enfermedad de su antecesor, Saadum Hamadi, que padecía de insomnio desde hace un año".De acuerdo con sus palabras, Tarek Aziz asumió su nuevo cargo únicamente por hallarse Irak en situación de guerra, "ya que si la enfermedad de Hamadi hubiera sobrevenido en tiempo de paz", dijo, "Aziz seguiría desarrollando las otras altas responsabilidades políticas que tiene".

Para el máximo líder del régimen baasista de Bagdad, "la influencia de la religión (musulmana) en Irak ha aumentado en los últimos años, mientras que en Irán ha disminuido". Según él, "el camino elegido por Jomeini no es un camino islámico", y agregó que es lícito decir que "el lenguaje del Corán, de los ángeles, el que se habla en el paraíso, es el árabe y no otro", y reclamó para los árabes la "vía óptima para expresar la fe y la práctica religiosa".

Tras subrayar que no dará marcha atrás en sus criterios al respecto de la religión, mostró su convicción de que "Jomeini está en una línea islámica equivocada, desviada", y expresó su deseo de que "Irán, a la muerte de Jomeini, recupere la dirección religiosa correcta". Más adelante, Saddam Hussein dijo que el único móvil que sigue el ayatollah Jomeini en "su propósito de perpetuar esta guerra indeseada es evitarse los problemas que el final de la contienda le va a acarrear". De acuerdo con las afirmaciones de Saddam Hussein, "Jomeini siempre plantea problemas y nunca ofrece soluciones". No obstante, señaló que si "para evitar el derramamiento de san gre y concluir la guerra fuera necesario que me desplazara hasta Teherán, lo haría, siempre y cuando", precisó, "él, Jomeini no lo considerara un pecado".

Destacó y confirmó la reanudación de los suministros de repuestos militares soviéticos a su país. "Lo anormal es que no existiera este abastecimiento convenido", y glosó las relaciones entre Moscú y Bagdad, basadas, según él "en la amistad entre nuestros dos países".

El líder iraquí, de 43 años, que vestía indumentaria militar y sonrió en contadas ocasiones, se expresó en términos no desprovistos de un punto de vehemencia, atemperada por un discurso muy mitigado, salpicado de numerosos ejemplos. A propósito de las relaciones entre España y su país, Saddam Hussein dijo que en los planos político y cultural eran muy buenas, y respecto a las relaciones comerciales, aseguró que "algunas empresas españolas que trabajan en Irak no cumplen los plazos de ejecuciones de obras estipulados. He notado que algunas empresas españolas tienen experiencia limitada en trabajos en el extranjero"

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Mostró, por otra parte, su receptividad a cualquier fórmula que adopten las organizaciones palestinas sobre el futuro que desean, y enfatizó su negativa a que en Irak se hallen soldados egipcios en el frente con Irán. "Sólo hay voluntarios egipcios". Dijo asimismo que Irak considera que "Egipto no debe permanecer fuera de la nación árabe, de la que forma parte, por lo cual no debe estar puertas afuera de la Liga Arabe", aunque destacó una contradicción importante, a su juicio. "Resulta contradictorio el hecho de que Egipto tenga relaciones diplomáticas con Israel, mientras España no las tiene", añadió. "¿Con qué argumentos podríamos oponernos al establecimiento de relaciones entre España -que no es un país árabe- e Israel si un país árabe como Egipto las mantiene?".

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