Litigio financiero entre el Congreso y el Pentágono sobre el avión F-18

Nuevas diferencias entre varios comités del Congreso norteamericano y el Pentágono a propósito del programa de compra de aviones F-18 para la Marina estadounidense, no suponen ningún peligro para el futuro del avión, de cuya versión F-18A España firmó el precontrato para la adquisición de 84 unidades destinadas al programa FACA.

Madrid, que actualmente analiza también las cualidades del avión de caza Tornado, de producción europea, debería firmar el contrato definitivo con el fabricante McDonnell Douglas antes de finales del próximo mes de mayo.El litigio actual entre el Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes y el Pentágono surge a raíz del desvío por la Marina estadounidense hacia el programa F-18 de una partida de quinientos millones de dólares del presupuesto de 1982, inicialmente destinada a otros capítulos del sector de armamento norteamericano.

Suplemento justificado por los expertos de la Marina por las mejoras necesarias en el mantenimiento y equipo de bombardeo del F- 18. En una carta dirigida al secretario de Defensa, Caspar Weinberger, y firmada por el presidente del Comité de Apropiaciones de la Cámara, el representante Jamie Whitten (demócrata) expone la posible violación de la legislación de apropiaciones.

Weinberger ordenó una investigación por parte del, inspector general del control del gasto del Pentágono y prometió una respuesta a los representantes de la Cámara para antes del mes de abril. Fuentes de la Marina norteamericana justifican como normal el que parte de los fondos destinados a programas de Defensa puedan ser utilizados en distintas partidas, de acuerdo con las prioridades.

En cualquier caso, dudan que las nuevas diferencias pongan en peligro el programa de modernización de la Marina, con la adquisición inicial de 84 aparatos F-18 al precio de 22,5 millones de dólares unidad (unos 2.700 millones de pesetas) y la proyección de una compra de un total de 1.336 aviones F-18.

Los aviones F-18 fueron ya objeto de polémica en EE UU debido al regateo entre la Marina y McDonnell Douglas sobre el precio de compra del cazabombardero, logrando finalmente la Marina una notable reducción del precio, situado en los 22,5 millones de dólares unidad, idéntico al que pagará el Estado español en caso de firma definitiva del contrato, que esta previsto que se formalice en la próxima primavera.