La gira de primer ministro chino por 11 países africanos reaviva el interés de Pekín hacia el Tercer Mundo
El primer ministro chino, Zhao Ziyang, concluyó el pasado domingo un viaje de un mes a once países africanos que renueva el interés de la política china hacia el Tercer Mando. La delegación de Pekín, la más importante que haya viajado al continente africano desde la gira hecha por Zhou Enlai en 1963 por nueve países, estuvo compuesta por 64 miembros, entre ellos el consejero de Estado Gu Mu y el ministro de Asuntos Exteriores, Wu Xueqian, y visitó Egipto, Argelia, Marruecos, Guinea, Gabón, Zaire, Congo, Zambia, Zimbabue, Tanzania y Kenia.
Zhao Ziyang destacó en su viaje la importancia de la cooperación china en el desarrollo de los países africanos y la necesidad de garantizar la seguridad del continente de cara a los conflictos que puedan surgir de la rivalidad soviético-norteamericana. Junto a las clásicas acusaciones contra el "hegemonismo" y el "colonialismo" -términos con los que designan los dirigentes chinos a los Gobiernos de Moscú y Washington-, el primer ministro chino criticó la política de apartheid en Suráfrica, así como la responsabilidad de ese país en la "desestabilización" de los Estados vecinos y la "ocupación" de Namibia. Su declaración más clara en ese sentido fue la formulada en la capital de Zambia, Lusaka, donde acusó al Gobierno de Pretoria de "subversión política" y "sabotaje económico", así como de efectuar incursiones militares contra naciones como Mozambique, Zimbabue y Angola.En el terreno de la asistencia, el viaje de Zhao parece haber coincidido con un cierto alejamiento chino de grandes proyectos de prestigio, como el tren Tanzania-Zambia, de 1.860 kilómetros y un coste de 412 millones de dólares, construido por los; chinos y que, en estos mo.mentos, se enfrenta a dificultades de explotación. Zhao Ziyang se manifestó favorable a proyectos de menos inversión y permitan una rentabilidad más rápida. En las escalas árabes de su viaje, Zhao respaldó el plan de paz de la cumbre de Fez, condenó el "expansionismo" israelí y defendió el derecho de los palestinos a tener su propia patria, aunque reconoció implícitamente el derecho de Israel a existir.
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