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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El trabajo y el tiempo

Las negociaciones entre representantes de la CEOE y de las centrales sindicales que acaba de iniciarse es, sin duda, el suceso que sigue con mayor atención la. opinión pública, lo que indica el grado de importancia que tiene para la buena marcha de la sociedad; no es menor el grado de responsabilidad que corresponde a los negociadores, y ello hace que se despierte la conveniencia de conocer las incidencias del caso y tratar de aportar ideas que colaboren al mejor éxito de la negociación.Se trata deconvenir una llamada "banda salarial" dentro de cuyos límites puedan negociarse con más facilidad los distintos convenios sectoriales o de empresa.

Parece lógico que ambas partes negociadoras, trabajadores y empresarios, planteen niveles discrepantes de dicha banda salarial, aunque de entrada aparezcan excesivamente lejanos los unos de los otros.

Lo que, sin embargo, resulta sorpresivo es que la organización patronal, al exponer el principal motivo de su discrepancia, aduzca el reciente acuerdo del Gobierno en relación con el establecimiento de la semana de cuarenta horas y las vacaciones mínimas anuales de treinta días. Y ello porque denota una mentalidad empresarial errónea, por anquilosada, al no acertar a ver en tal disposición oficial otra cosa que el, para algunos, antipático aspecto reivindicativo, ignorando la repercusión positiva que puede tener como factor económico de la producción. Digámoslo en pocas palabras: la excesiva permanencia del trabajador en su lugar de trabajo cuesta dinero a la empresa. Esta afirmación básica debería tener para los empresarios condición de axioma, ya que su evidencia ahorra todo argumento demostrativo, y, sin embargo, esta evidencia no parece estar clara para ellos.

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Concurrente a esta realidad tenemos otra de no menor importancia: la productividad en España no pasa del 50% de la que obtienen los demás países europeos. Podemos observar, sin embargo, que, a pesar de su. trascendencia, poco o nada se estudia problema tan esencial. ¿Será acaso porque lo primero y principal que este hecho adverso desprende es la falta de capacidad de muchos empresarios para organizar debidamente el trabajo de sus empresas?

Los años de falso paternalismo han traído como secuela el absentismo y la chapuza, consecuencia de lo cual en España se produce caro y de mediana calidad, lo que no solamente representa grave incidencia en los precios interiores y en los de exportación, sino también en los mezquinos resultados de las empresas y en las consi-

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guientes dificultades de posterior reinversión de los mismos.

Los empresarios y ejecutivos, en general, deberían empezar por reconocer el alto coeficiente de responsabilidad que les cabe en asunto tan importante como el de la falta de productividad y tratar de poner urgentes remedios. Porque la sabia organización del trabajo en las empresas, que propicia una más alta y más regular productividad, es la verdadera clave para el logro de unos resultados económicos satisfactorios y estimulantes. Por el contrario, el tiempo excesivo que el trabajador permanece en la empresa no hace sino aumentar los costes, disminuir la productividad proporcional y perjudicar por todo ello al trabajador y al empresario.

Y no sólo eso, sino que además esa actuación errónea va en contra de la línea de progreso de los tiempos que vivimos, ya que contradice las tendencias a que obliga la marcha del llamado "mercado del trabajo" y la de los adelantos técnicos. Una de esas tendencias es la obligación social de proporcionar cada día puesto de trabajo a mayor número de personas. Otra exigencia es la de procurar tiempo libre al trabajador para facilitar el proceso de su formación profesional permanente, su enriquecimiento cultural, su dedicación familiar; su realización, en fin, lo más completa posible corno ser humano.

En bien de todos se debe favorecer la tendencia a trabajar menos tiempo y mejor; con más entusiasmo, con más dedicación, con más competencia; evitando las horas extras, el pluriempleo y tratando de conseguir una mayor dignificación del trabajador ciudadano hasta alcanzar la realidad de una sociedad más justa, más libre y más solidaria. / Diplomado comercial del Estado.

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