El Banco de España presiona para que las cuentas de resultados de las instituciones financieras se ajusten a la realidad
Los problemas derivados del exceso de liquidez en el sistema financlero, la espera a que el presidente del Gobierno cumpla la promesa de reunirse con los presidentes de los grandes bancos para tratar los temas pendientes y las presiones del Banco de España para que las cuentas de resultados correspondientes al ejercicio de 1982 se ajusten a la realidad de la actividad bancaria son algunos de los temas que tienen planteadas las instituciones financieras, algunos de los cuales fueron tratados en la última comida de presidentes, celebrada el lunes, a la que no asistió Francisco Fernández Ordóñez, a pesar de su reciente nombramiento como máximo responsable del Banco Exterior de España.
En la tradicional comida de presidentes de los siete grandes, a las que asiste de forma regular Rafael Termes, como presidente de la patronal bancaria, y a la que era invitado desde hace dos años el presidente del Exterior, aunque no formara parte del club de los grandes privados, se planteó como cuestión básica que el Banco de España volvió a perder en diciembre el control de los activos líquidos del sistema, registrándose en ese mes un exceso cifrado en 60.000 millones de pesetas. El déficit del sector público y el reingreso de divisas como consecuencia de la devaluación de la peseta el día 6 de ese mes serían las causas fundamentales de esta pérdida del control. No parece, según opiniones bancarias, que en enero se pueda volver a la senda marcada, por lo que algunos presidentes temen que se pudiera producir alguna medida por parte del Gobierno del estilo de la elevación del coeficiente de caja, como se hizo en el último mes del año pasado.Como contrapunto a esta alternativa se está planteando la posibilidad de que los bancos, como instituciones, entren en el mercado de pagarés del Tesoro, o deuda a corto plazo, de forma más decidida de lo que lo han venido haciendo hasta ahora. Para ello, se están manejando en estos momentos diversos estudios que han causado una cierta sorpresa en los medios financieros. Por un lado, se ha descubierto ahora que el déficit del sector público en relación al producto interior bruto (PIB) es inferior al de la mayor parte de los países europeos y que sólo supera al de la República Federal de Alemania, Francia y Reino Unido. A pesar del crecimiento que el volumen del déficit está experimentando en los últimos años, aún se está bastante lejos de llegar a alcanzar las cotas de las demás naciones de la Comunidad Económica Europea.
El recurso al ahorro doméstico
Pero lo más sorprendente para los servicios de estudios que han elaborado este informe es que, en la mayoría de los países europeos, el Estado recurre en mayor proporción al ahorro doméstico para financiar este déficit de lo que lo ha hecho la Administración española. La forma de recurrir a este ahorro privado es mediante la emisión de deuda pública a cualquier plazo -corto, medio y largo-. Los enfados por el deseo del Estado de captar directamente una mayor parte del ahorro doméstico quedarían de esta manera desautorizados al establecer las comparaciones internacionales pertinentes.En la mayor parte de los países, la Administración emite títulos a múltiples plazos, a los que tienen acceso tanto las instituciones bancarias como los particulares y forman la parte fundamental de la financiación de los diferentes déficit a los que se enfrentan. Otra sorpresa, aunque menor, con la que se han encontrado los expertos es que la Administración está jugando muy poco con los plazos alternativos de estas emisiones. Hasta ahora se han puesto en circulación títulos a corto plazo -seis meses o un año- o a medio -entre dos y cinco años-. No hay, por el contrario, emisiones de deuda pública a plazo más grande, cuando en otras naciones se realizan a diez e incluso más años.
Por último, resulta que España es de los pocos países que, además de pagar un tipo de interés por sus emisiones, aceptan que, además, los inversores se vean favorecidos por una desgravación fiscal que les significa de hecho una retribución adicional con la que no cuentan los ahorradores privados de otros países. Desgravación fiscal que, al menos durante 1983, permanecerá estable, como se desprende del decreto-ley de prórroga de los Presupuestos Generales del Estado.
Control del Banco de España
Las visitas que los responsables de las instituciones financieras han tenido que realizar al Banco de Espafía para explicar cuál va a ser la cuenta de resultados que presentarán a sus accionistas como cierre del ejercicio de 1982 han terminado ya, y parece que, en líneas generales, todos los bancos han presentado unas cuentas que no han parecido mal a las autoridades monetarias. Algunos casos ha habido en que los resultados antes de impuestos, y después de provisiones, parecían demasiado hinchados a los expertos del Banco de España y se han llevado a cabo conversaciones, bien para que procedieran a mayores provisiones para morosos, bien para que no se llevaran a la cuenta de resultados los intereses de determinadas operaciones cuya sanidad futura está en entredicho. Lo que parece cierto es que los bancos no presentarán unos incrementos de resultados superiores, en media, al 10% respecto a los que obtuvieron en 1981.El convencimiento por parte de las autoridades monetarias de que 1983 va a ser un mal año y que hay que protegerse al máximo está haciendo que se miren con lupa las cuentas de los bancos y que incluso se hayan puesto pegas a materializar como resultados los cobros efectuados durante 1982 de algunas operaciones, exteriores e interiores, cuya viabilidad para el año recién estrenado es dudosa.
Por otro lado, los presidentes de los grandes bancos esperan que antes de que finalice el mes se lleve a cabo la anunciada reunión con el presidente del Gobierno. Miguel Boyer, anunció en la última reunión la intención de Felipe González de reunirse con ellos.
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