ETA pide 160 millones a la familia Echeverría por la vida de su hijo Miguel
Los secuestradores del joven de veinte años Miguel Ignacio Echeverría, obligado ayer a abandonar su casa de San Sebastián a punta de pistola por dos personas armadas que decían actuar en nombre de ETA, exigen el pago, en el plazo de una semana, de tan rescate superior a los 160 millones de pesetas (125 millones en pesetas y dos millones en francos franceses). El Ministerio del Interior ha hecho saber, a través de un portavoz oficial, que perseguirá a los mediadores e intentará impedir por todos los medios a su alcance que se pague ninguna cantidad a los terroristas.
La noticia del secuestro de un miembro de la familia Echeverría, llevado a cabo a primera hora de la mañana de ayer, conmocionó a la opinión pública vasca, todavía no recuperada de la angustia colectiva que supuso el secuestro de Saturnino Orbegozo, hoy alejado de Euskadi, junto a los miembros de su familia, para evitar las amenazas de los terroristas de ETApm VIII Asamblea.La familia Echeverría, propietaria de las factorías metalúrgicas y talleres Patricio Echeverría S.A. emplean a 3.000 trabajadores de la localidad guipuzcoana de Legazpia, que tiene unos 10.000 habitantes, la inmensa mayoría de los cuales dependen directa o indirectamente de esta empresa familiar. Legazpia era apenas una aldea cuando al comienzo de este siglo el herrero Patricio Echeverría, abuelo del joven secuestrado ayer, se instaló en el pueblo, tras dejar el caserío.
La indignación en este caso ha sido si cabe mayor, después de la situación creada por el anuncio del ministerio del Interior, del pasado día tres de enero, en el que advertía que en lo sucesivo perseguiría a los mediadores en cualquier secuestro y se adoptarían todas las medidas policiales y monetarias precisas para evitar que se pagara rescate alguno a los secuestradores. A las pocas horas del secuestro del joven Echeverría un portavoz del ministerio del Interior volvió a recordar la advertencia del ministro Barrionuevo. Sin embargo no se tiene constancia de que se hayan cursado instrucciones con el fin de bloquear las cuentas de la familia Echeverría. El secuestro de Miguel Ignacio, estudiante de Ingeniería, fue llevado a cabo a las 8.30 horas de la mañana por un comando formado por tres jóvenes, dos de los cuales obligaron a la portera de la finca en que reside la familia a que les acompañara hasta el domicilio de los Echeverría.
Antes de partir, los secuestradores dejaron un comunicado en el que se indicaba que la familia tenía siete días para reunir la suma demandada y precisaba que dicha cantidad -160 millones- ni se negociaría ni se rebajaría.
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