120 árabes, detenidos a raíz del atentado en Tel Aviv contra un autobús de línea

Ciento veinte árabes palestinos de nacionalidad israelí han sido detenidos en relación con el atentado perpetrado el sábado por la noche contra un autobús de línea en Tel Aviv, en el que resultaron heridos doce pasajeros, dos de ellos de gravedad, informó la emisora militar de Israel. 19 de ellos seguían ayer en las dependencias policiales.El atentado, el primero que se produce en Tel Aviv desde 1975 y por primera vez cometido directamente por hombres que se dieron a la fuga, es de "una gravedad excepcional", declaró un portavoz de la policía israelí, quien también lanzó un llamamiento a la población para que extreme su vigilancia y denuncie a las autoridades a "cualquier persona sospechosa y cuyo comportamiento insólito atraiga la atención".

El mencionado portavoz precisó que la utilización de un determinado tipo de granada de fabricación soviética, frecuentemente empleada por los fedayin palestinos, constituye una indicación que induce a pensar a los responsables de la investigación policial que el atentado fue llevado a cabo por una organización palestina.

Dos jóvenes apostados en la terraza de una casa abandonada en un barrio industrial de Tel Aviv, desierto el sábado por la noche, lanzaron dos granadas contra un autobús urbano. La primera cayó delante del vehículo y no causó daños al explosionar, pero la segunda penetró en el autobús y estalló al lado del asiento del conductor, que, a pesar de resultar ligeramente herido en la espalda, reaccionó abriendo las puertas del autocar para que los pasajeros escapasen.

El atentado del sábado coincide con el decimoctavo aniversario del primer acto de sabotaje de un guerrillero palestino de la organización Al Fatah contra un acueducto. Pero la acción de anteayer en Tel Aviv pone de relieve un alto nivel de preparación, y la rápida desaparición de los dos atacantes del autobús, a pesar de que el barrio fue rápidamente cercado, parece indicar que disponen de un refugio seguro y de cómplices en el mismo Tel Aviv.

Lo ocurrido en Tel Aviv ha vuelto a replantear en Israel la oportunidad y la eficacia de la prolongada intervención israelí en Líbano. El diputado laborista Yossi Sarid acusó ayer al Gobierno de "inducir al pueblo a creer" que con la guerra en Líbano acabó con las acciones palestinas y exigió la dimisión inmediata del primer ministro, Menájem Beguin, y del ministro de Defensa, Ariel Sharon.

El corresponsal militar del diario hebreo Yedioth Aharonoth señala: "Las emboscadas son relativamente fáciles de organizar en Líbano, pero en Tel Aviv, en el corazón de la metrópoli israelí, son más peligrosas y más inesperadas".

Por su parte, el rotativo independiente Maariv opinaba que "cualquier ciudadano está tan expuesto como los soldados que están en Líbano".