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Reportaje:Alianza Democrática, una Coalición en desbandada / y 2

La grave situación económica en Portugal urge una solución a la actual crisis política

ENVIADO ESPECIALLa crisis gubernamental portuguesa parece llamada a desembocar, a corto o medio plazo, en una nueva configuración del mapa político del país, que puede incluir la ruptura de la actual alianza de centroderecha en el poder y la formación de nuevas coaliciones e incluso de nuevos partidos políticos para concurrir a las próximas elecciones generales que -casi nadie lo duda ya- serán anticipadas, aunque quizá no inmediatas.

Para un conocido comentarista político portugués es evidente que Alianza Democrática, la coalición que ha gobernado durante los tres últimos años, tiene sus días contados. "El problema está en que ni los partidos integrantes ni el presidente de la República quieren aparecer como los enterradores de esta alianza", señala.

"Por otra parte, ninguno de los grandes partidos, excepto el comunista, está interesado realmente, hoy por hoy, en la celebración de elecciones anticipadas, lo que puede permitir la formación de un gobierno de gestión que dure algunos meses", añade.

Disolución de la Asamblea

El secretario general del Partido Socialista (PS), Mario Soares, insiste en que la única salida de la crisis pasa por la disolución de la Asamblea de la República (Parlamento) y la convocatoria de elecciones legislativas. "A los socialistas nos vendrían mejor unas elecciones dentro de un año, cuando podríamos obtener una victoria como la del PSOE en España. Pero el interés nacional está por encima del interés del PS y creemos que la situación exige medidas inmediatas y la celebración de elecciones cuanto antes mejor", declara Soares en su despacho de la sede central del Partido Socialista.

El líder del Partido Comunista Portugués (PCP), Alvaro Cunhal, afirma por su parte que "la única salida democrática de la crisis es la disolución de la Asamblea de la República, la formación de un gobierno de gestión que garantice unas nuevas elecciones democráticas y la celebración de éstas en el plazo constitucional de noventa días". Para Cunhal, Alianza Democrática (AD) "representa de hecho a una minoría, tiene la oposición de la mayor parte de los portugueses y ha perdido cualquier legitimidad para estar en el Gobierno y disponer de mayoría en el Parlamento".

Las elecciones españolas

Los representantes de los partidos miembros de Alianza Democrática entrevistados por EL PAIS se opusieron, obviamente, a la disolución de la Cámara.

Nascimento Rodrígues, vicepresidente del Partido Socialdemócrata (PSD), asegura que "las elecciones anticipadas no resolverían nada, porque AD es aún mayoría. Los socialistas no tienen una alternativa viable de gobierno. A nosotros nos ha tocado una etapa de gobierno difícil, como en toda Europa, y eso, evidentemente, conlleva un desgaste". Otro miembro del PSD recuerda que en los dos años que ha estado Pinto Balsemáo al frente del ejecutivo cambiaron prácticamente todos los gobiernos de Europa occidental, "lo que demuestra que no es fácil gobernar en esta época de crisis mundial".

Las recientes elecciones legislativas en España se siguieron con inusitado interés en Portugal. Hay quien saca sus analogías y predice que "Alianza Democrática tendrá el mismo fin que la UCD española" y quien habla de una "bipolarización" en las próximas elecciones portuguesas, similar a la protagonizada en España por él partido socialista y Alianza Popular.

Un alto dirigente socialdemócrata opina que "no existe punto de comparación" entre la AD portuguesa y la UCD española. "La UCD era una coalición de pequeños grupos, sin gran identidad propia, mientras que nosotros hemos concurrido a las elecciones locales por separado en muchos ayuntamientos. El PSD es el mayor partido de Portugal y podría reconsiderar sus alianzas en unas nuevas elecciones".

Mario Soares cree que la victoria del PSOE "ha tenido una gran importancia en Portugal, donde el 50% de la población ve la televisión o escucha la radio españolas". Cunhal subraya el "acontecimiento importante y decisivo" que ha supuesto "la derrota del gobierno de las fuerzas de derecha que detentaban el poder en España desde hacía decenas de años".

Gonzalo Ribeiro Teles, ministro de Estado para la Calidad de Vida, y líder del Partido Popular Monárquico (PPM), una curiosa formación política que propugna la restauración de la monarquía portuguesa en la persona del duque de Braganza y tiene un programa ecologista y autonómico, no ve paralelismo con la situación española ni posibilidad de que se formen dos grandes bloques políticos "dadas las condiciones económicas de Portugal, su escaso desarrollo, sus desequilibrios regionales y el individualismo de muchos portugueses, más interesados en lo que ocurre en su aldea que en los grandes problemas nacionales".

Las fórmulas posibles

Casi todas las fórmulas posibles en la alquimia política se barajan estos días en artículos y comentarios. El semanario O jornal publicó incluso un "diagrama de la crisis" que ofrecía las siguientes posibilidades en caso de que se celebren elecciones anticipadas: un nuevo gobierno de AD; un "bloque central", o coalición de socialistas y socialdemócratas; una mayoría de izquierda formada por comunistas y socialistas; una coalición de democristianos y socialistas y, por último, un gobierno en solitario del PS. Otros medios informativos incluyen la posibilidad de un partido "eanista", que crearía el presidente de la República, y no falta quien ve la única salida en la formación de un "gobierno de salvación nacional" que enfreñte la grave situación económica por la que atraviesa el país.

Con 13.000 millones de dólares de deuda externa, Portugal se verá este año en serias dificultades para pagar los intereses y la amortización correspondientes, que superarán los 3.000 millones. Un crédito stand by con el rondo Monetario Internacional (FMI) estaba a punto de negociarse, pero la caída del Gobierno de Pinto Balsemáo ha interrumpido las conversaciones. En cualquier caso, el FMI impondrá rígidas condiciones y exigirá garantías nada fáciles de dar al nuevo Gobierno portugués.

La inflación de 1982 se estima en un 23% y el nivel adquisitivo de la población se ha visto fuertemente afectado por las subidas, decretadas a finales de diciembre, de los precios del transporte público y de los productos energéticos, que pusieron, por ejemplo, el litro de gasolina super a algo más de 105 pesetas. El salario medio de los portugueses, según un reciente estudio, es de unos 14.000 escudos al mes, 20.000 pesetas aproximadamente.

Previsible aumento de los conflictos sociales

La crisis económica ha afectado en especial a los sectores metalúrgico, textil y de cerámicas y vidrio, además de a los astilleros.

Muchos trabajadores no recibieron este año el "subsidio de Natal", o paga extraordinaria de Navidad, y grandes empresas, como las metalúrgicas Mompor y Messa y las de construcción naval Setenave y Lisnave están pagando con retraso los salarios a sus trabajadores.

Los próximos meses, en que deben negociarse los más importantes convenios colectivos, se anuncian calientes en la conflictividad laboral y sólo un gobierno fuerte podría llevar a cabo con éxito una estabilización económica que, sin lugar a dudas, requerirá nuevos sacrificios y duras medidas de austeridad.

"La crisis política va a agravar más aún la situación económica, y no se ve que el futuro Gobierno de AD vaya a tener fuerza para llevar a cabo las medidas imprescindibles", dice Mario Soares. Para Alvaro Cunhal, "sucesivos gobiernos sacrificaron la economía nacional a su política de restauración de los monopolios y latifundios liquidados con la revolución. El resultado fue un verdadero desastre de la economía portuguesa".

El líder del PCP añade, en su respuesta por escrito a EL PAIS, que "se asistió así a un agravamiento brutal de las condiciones de vida del pueblo, a la recesión, al 25% de inflación anual, a la quiebra de las inversiones, al aumento del déficit de las balanzas comercial y de pagos, la subida de la deuda externa hasta 13.000 millones de dólares, que obliga a Portugal a pagar anualmente, sólo en intereses al extranjero, más de mil millones de dólares".

El vicepresidente socialdemócrata, Nascimento Rodrígues, reconoce que durante el gobierno de AD aumentaron la inflación y el déficit externo, pero asegura que el desempleo ha bajado y echa buena parte de la culpa de la situación actual a la crisis económica, que vive, desde hace unos años, el mundo occidental.

Para Rodrígues, es ahora, una vez terminado el período de estabilización democrática y hecha la revisión constitucional, cuando se podrán tomar medidas de fondo eficaces para mejorar la economía portuguesa. "Hay que producir más e importar menos. Esto no es política de derechas ni de izquierdas, es una política necesaria, que hay que llevar a cabo", afirma.

Carteras rechazadas

No parece tarea fácil, en cualquier caso, como indican las dificultades que está encontrando el primer ministro designado, Vitor Crespo, para encontrar titulares de los ministerios económicos. Según informaba el semanario Espresso, cinco personas se han negado hasta ahora a hacerse cargo del Ministerio de Finanzas, y no ha sido fácil encontrar un candidato para el de Coordinación Económica.

Esta manifiesta falta de entusiasmo, tanto por parte de los tecnócratas como de las primeras figuras de los partidos en el poder, podría dar al traste con el proyecto gubernamental que prepara Vitor Crespo.

Pero, con los presupuestos del Estado para 1983 todavía sin aprobar y con la conflictividad laboral que se avecina, esta situación de crisis tampoco puede prolongarse indefinidamente.

El presidente Eanes podría optar por convocar elecciones, y eso cree mucha gente que acabará sucediendo. Claro que, como explica un eanista convencido, "el presidente sólo disolverá la Asamblea cuando quede bien claro ante la opinión pública que la coalición con mayoría parlamentaria es incapaz de gobernar. Si no fuese así, sus enemigos le acusarían en seguida de abuso de poder y de derribar un Gobierno elegido democráticamente".

El 'bloque central'

¿Puede ser el bloque central, la coalición PS-PSD, la salida de esta situación? Mario Soares asegura que su estrategia es la misma de los partidos socialistas del sur de Europa, es decir, gobernar con mayoría absoluta.

Nascimento Rodrígues manifiesta por su parte que el compromiso del PSD con los democristianos y monárquicos coaligados en AD acabará cuando termine la presente legislatura, sea en la fecha prevista de 1984 o antes, si se convocan elecciones. "No tenemos ninguna hipoteca sobre nuestro futuro", asegura.

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