Andalucía, el cambio y el paro
Y el cambio, una vez más, partió de Andalucía -con respeto a las otras regiones-: Andalucía parió a nuestro Felipe y a nuestro Guerra, Andalucía hizo volar en mil pedazos a UCD, Andalucía votó en masa al PSOE, y Andalucía, sintiendo más,que comprendiendo -porque nunca jamás se nos dio cultura-, se durmió muy tarde aquella gran noche y soñó con la nueva Andalucía.Aquí, en mi Andalucía de mis carnes, si preguntáis a algún ser de ojos negros y tez morena: ¿qué es el cambio?, seguro que os responde: "Pues mire usted, señor, el cambio es que esto cambie de una vez por todas, que me den trabajo, techo y escuela para mis hijos".
Pero ocurre que la palabra cambio no significa lo mismo en toda España; esto es, tiene distintas traducciones: en el diccionario de las regiones, perdón, países, pueblos o nacionalidades (ricos porque la riqueza es a costa de la pobreza) se dice: seguir descompensando lo que está descompensado; en el diccionario de los países, pueblos o nacionalidades, perdón, regiones, se dice: compensar lo descompensado, atender prioritariamente a las zonas más necesitadas. (¿Acaso no es la mayor injusticia hacer iguales a los, desiguales?)
Todos los andaluces sabemos y asumimos que crear un puesto de trabajo en Andalucía cuesta el doble que en otras partes, pero eso es sólo un pretexto.
Andalucía está despertaúdo de una secular representación esperpéntica, en la que le tocó el personaje que hace lucirse a los otros, y sólo existe una alternativa: comprender su historia y hacerse solidario con ella, dar trabajo, piso y educación a estas gentes.
Como uno de esos miles de maestros andaluces en paro, quiero enseñar a mis gentes y, sobre todo, aprender de ellas; también deseo que me den escuela y unos cuantos niños andaluces con padres que trabajen y no duerman bajo la lluvia. / maestro
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