_
_
_
_
Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La derecha guapa

Como la Historia siempre es irónica (quienes carecen de ironía son los historiadores), ahora que hay en España una derecha guapa, dialogante, progrediente (que diría mi querido Pedro Shwartz), resulta que la derecha no tiene quien le escriba. 0 sea que les falta un líder. Me lo preguntaba el otro día el gran arquitecto Oriol Bohigas, cenando en Barcelona:-¿Y cómo funciona en Madrid eso de Roca i Junyent?

-De maravilla, tío, o sea, a tope. Roca se perfila como el gran líder, no sólo de una derecha guapa catalana, sino de toda la derecha peninsular, aunque no entro en los procedimientos de cómo un líder autonómico puede convertirse en líder nacional.

Aparte de Roca, cuyo liderazgo moral y político de la derecha guapa (hay una derecha fea y sumergida) se hace cada día más nítido, la verdad es que la derecha madrileña, un suponer, y como decía más arriba, no tiene quien le escriba, por ponerlo en estilo liqui-liqui, o sea García Márquez, que es el momento. Nadie más alarmada que la izquierda ante esta falta de líderes conservadores, ante este cirio / muñeco de movimentistas Fraga, azules Martín Villa y democristianos Landelino. Porque una izquierda distinta y nada distante, como la de Felipe González, si algo necesita para gobernar es un interlocutor válido, como decíamos hace diez años los chicos de la press, y Fraga no es un interlocutor válido desde el momento en que se sube al púlpito parlamentario. para justificar la sangre justiciera con la sangre de Poncio Pilatos, y nos enseña las manos sucias y antisartrianas.

Por otra parte, Oscar Alzaga tiene demasiada personalidad como para irle todos los días a por el café a don Manuel, y esto lo vemos en las cotidianas reyertas o luchas intestinas del cuartel general de la derecha política, que luego remedian, ante los informadores, cantando su armonía al armónium de cuatro manos. AP se está convirtiendo en taifa múltiple y levantisca, y no lo digo con alegría, sino con dolor, porque a España hay -que equilibrarla por la izquierda y por la derecha.. La derecha busca desoladamente un hombre (el retropost / franquista Fraga parece muy quemado y quizá algo mayor para esta política joven, política de jóvenes en todos los partidos). ¿Por qué la derecha, que tiene todos los poderes, y con cuyo permiso fáctico está gobernando la izquierda, no encuentra un hombre -y mucho menos un partido coherente- donde nuclearse para dar respuesta dialéctica o parlamentaria al psocialismo? Los vectores de la derecha (que parece que no veían el estraperlo) hablan de las fiestas navideñas sin olvidar ni un día que Madrid está lleno de atascos y basuras: en el cuarentañismo, los atascos eran ideológicos y la basura que más encontraban los denodados basureros barojianos del alba era una basura moral. Carmen Romero, presidenta, ha dicho el otro día a Karmentxu Marin, de este papel, que buscaba un comensal para no ser trece a la mesa. O es un a concesión a la masa municipal y supersticiosa o me parece impropio de una socialista dialéctica que milita y piensa. Julián Marías ha salido filósofo de Wojtyla (que no es igual que teólogo), lo cual me -parece bien, pero dije) William Blake que "no hay progreso sin contrario", y el PSOE, para. progresar en su regeneracionismo, necesita una derecha ni tan distinta ni tan distante.

La derecha, en el poder (cuarenta años/cuarenta siglos) no habría necesitado para nada la hidra/horda de la izquierda. Pero la izquierda, impagablemente nieta de Hegel, necesita una derecha guapa como referente negativo /positivo. Como dialéctica. Y Fraga, por exceso de arrobas intelectuales, ya no cabe en la báscula.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_