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La OPEP no supera su división sobre el precio del petróleo

La exigencia de Irán y Venezuela de una mayor cuota de participación en el mercado mundial de crudo dividió a los trece miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que comenzó ayer en Viena una crucial conferencia ministerial.Bajo la perspectiva de un nuevo año con pocas esperanzas para la recuperación económica en los países consumidores, los ministros de petróleo asistentes trataban de buscar fórmulas de compromiso que, aparte de solventar sus diferencias internas, evitasen el casi seguro colapso del precio oficial de 34 dólares por barril de crudo.

El presidente de la conferencia, el nigeriano Mallan Yahaya Dikko, en el discurso de apertura, reconoció la responsabilidad de la propia OPEP -en su anterior política de altos precios-, en la creación del actual caos que vive el mercado del petróleo y al hecho de que el cartel apenas controle ahora el 47% del mismo. El nigeriano hizo un llamamiento a "cerrar filas" dentro de la organización y evitar así un mayor deterioro del débil mercado mundial de crudo.

Las necesidades financieras inmediatas de algunos países miembros de la OPEP, como Irán y Venezuela, han impedido que el acuerdo de reducción de ventas, que la OPEP se comprometió a mantener en su conferencia ministerial del pasado año, funcionara adecuadamente.

Los países citados, junto a Libia y Nigeria, han superado sus propias cuotas de ventas a base de ofrecer descuentos en los precios oficialmente establecidos por la organización. El resultado ha sido una auténtica guerra interna en los precios, lo que ha provocado que algunos países del Golfo Pérsico, como Arabia S audí y los Emiratos Arabes, perdieran clientes al mantenerse con su precio oficial.

Si la OPEP no llega a un acuerdo que se presenta difícil en teoría, el resultado final sería una "guerrilla" interna entre los trece miembros por los escasos clientes y, en último extremo, una reducción real de los precios.

Elevar el diferencial

Con el objetivo final de mantener el precio de referencia en 34 dólares, las soluciones apuntadas ayer en la OPEP era un reajuste de las cuotas de ventas entre los trece miembros, con un pequeño incremento para los países más necesitados, como Venezuela e Irán, y una reducción para los que tienen menos necesidades financieras. Pero la negativa de algunos de estos países a incrementar el techo global de 17,5 millones de barriles diarios para todo el consorcio hacía difícil que esta solución apuntada se materializase en un acuerdo.

Para dificultar aún más este compromiso, Arabia Saudí proponía, a través de su ministro de Petróleo, el jeque Zaki Yamani, que los países norteafricanos miembros de la OPEP incrementasen su precio final por medio de una elevación de las primas o diferenciales de calidad que pueden aplicar sobre la tarifa oficial de 34 dólares. En opinión de Yamani, este incremento de las diferenciales ajustaría por sí solo la demanda de crudo, haciendo que los clientes derivasen sus pedidos hacia países con crudos de inferior calidad, tales como Irán o Venezuela. Yamani señalaba que el tema de los diferenciales era básico para ajustar el mercado por sí solo en lugar que tener que recurrir a acuerdos de distribución del mismo por medio de cuotas. El ministro de Petróleo de Venezuela, Humberto Calderón Berti, declaró, sin embargo, que la solución al caos del mercado podría venir por un mínimo incremento, hasta 20 millones de barriles diarios, en el techo de producción de la OPEP, incremento que justificaría la mayor participación que países como el suyo, Irán o Libia, han obtenido sobre las bases del acuerdo de hace un año. Yamani, sin embargo, se negaba a aceptar un incremento en el techo total de producción superior a 18,2 millones de barriles, señalando que pasarse este límite significaría el derrumbamiento de los precios.

Parece poco probable que la OPEP llegue a un acuerdo coherente que estabilice el mercado del petróleo durante el primer semestre de 1983. Todo indica, en este sentido, que la conferencia ministerial de Viena podría dar paso a una situación en el que cada país miembro quede libre para establecer en último extremo su propia política de ventas. Esto daría pie a Arabia Saudí a establecer en los próximos días un nuevo precio para su crudo, evidentemente más bajo que el actual de 34 dólares, que trastrocaría todo el mercado. Arabia Saudí es el mayor productor de petróleo de la OPEP y el mayor exportador en el contexto mundial. La baja del precio del crudo saudí significaría un inesperado regalo de Navidad para los consumidores.

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