Guatemala cumplirá las condiciones de los secuestradores de Xiomara Suazo

El Gobierno guatemalteco se muestra dispuesto a aceptar las condiciones impuestas por el comando que secuestró el pasado martes a la hija del presidente de Honduras, Xiomara Suazo. Un portavoz gubernamental declaró que por principio no se aceptan este tipo de chantajes, pero el canciller, Eduardo Castillo, dio a entender que se cumplirán las exigencias de los rebeldes por tratarse de la hija de un jefe de Estado.El asunto será estudiado en todo caso en la última reunión del actual Gabinete, cuyos miembros acaban de dimitir en bloque a petición del presidente, general Efrain Rios Montt, a fin de que éste pueda proceder a una completa reorganización ministerial.

Sigue siendo un misterio la filiación política de los secuestradores, cuyas siglas resultan desconocidas, no sólo en Guatemala, sino también en los países vecinos. La policía no descarta la posibilidad de que ciudadanos extranjeros, de Honduras o Nicaragua, hayan tomado parte en la acción. El secuestro aparecería así vinculado a la conflictiva situación fronteriza entre ambos países y a la próxima cumbre de los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras.

La publicación de un manifiesto político en los principales diarios de México y Centroamérica sigue siendo por ahora la única exigencia de los secuestradores para liberar a Xiomara Suazo. Ningún nuevo mensaje se ha hecho llegar a las autoridades.

El ultimátum explica a las diez de la noche de hoy. Si para esa hora el Gobierno guatemalteco no da a conocer por los medios audiovisuales las gestiones realizadas para dar publicidad al manifiesto en cuestión, se procederá a "liquidar" al rehén, según los términos empleados en la primera y hasta ahora única nota.

En la ciudad de Guatemala se advierte una actividad policiaca muy intensa. Varios domicilios han sido allanados sin resultado y retenes armados, revisan los vehículos. Un coche robado poco antes del secuestro y abandonado horas después podría ser el que se empleó para el primer traslado del comando. En Tegucigalpa se guarda absoluto mutismo en torno al caso, aunque se sabe que el presidente, Roberto Suazo, habló personalmente con Rios Montt después de su precipitado regreso de Estados Unidos.