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Entrevista:

Francisco Siniscalchi: "Todo lo que est pasando en Italia y en Europa tiene una sola lectura: Yalta no se toca"

Juan Arias

Los primeros documentos entregados por Siniscalchi a algunos periodistas sobre ciertos atentados terroristas contra personajes de la Magistratura que estaban indagando sobre las actividades de la logia de Licio Gelli eran tan explosivos que ni se publicaron en aquel momento.Por eso, cuando estalló públicamente todo el escándalo de la P 2, Francesco Siniscalchi fue uno de los testigos más escuchados por la comisión parlamentaria presidida por Tina Anselmi, que investiga sobre este asunto por mandato del Parlamento.

Desde entonces, Siniscalchi se siente profundamente satisfecho de haber levantado la liebre y de que la Magistratura y el Gobierno hayan tenido que darle la razón disolviendo la logia de Gelli. Y hasta el mismo Gran Oriente le ha dado, en cierta medida, la razón, ya que tuvo que cambiar al gran maestre. Desde entonces no había vuelto a hacer declaraciones a la Prensa.

Con esta entrevista a EL PAÍS, el fustigador de la P 2 ha aceptado analizar su punto de vista después de lo acaecido en los últimos meses, tras el huracán desencadenado por el proceso a la P 2, con su secuela de muertes y de suicidios y de personajes que han tenido que abandonar sus altos cargos o han sido encarcelados, empezando por el mismo Licio Gelli.

Pregunta. ¿Cuál es su sensación sobre todo lo que ha sucedido desde sus primeras sospechas y acusaciones contra la P 2?

Respuesta. No me he sorprendido nada. Yo estaba seguro de mis acusaciones. Estaba seguro que si la verdad saltaba a la calle habría sido un verdadero terremoto, porque el asunto era gravísimo. Y por eso yo me jugué todo denunciándolo.

P.Le quedan aún documentos explosivos en su archivo, bajo Have, de esos que han ntentado varias veces robarle?

R. Mire, los hombres políticos sinceros, y sobre todo ustedes los periodistas, tienen aún que entender bien una cosa: que en vez de ir a la caza de documentos secretos lo importante es saber leer lúcidamente el sentido de los hechos y de la historia. Contrariamente, no se entenderá nada sobre el terrorismo de diversos tipos, sobre el tráfico de armas y drogas, sobre la actividad de los servicios secretos de unos países u otros.

P. ¿Puede explicarse mejor?

R. Claro. Todo lo que está pasando en Italia y en Europa, a mi juicio, tiene una sola lectura: "Yalta no se toca". Es una consigna que sirve para los dos imperios: el americano y el soviético. Por eso, si Yalta no se puede tocar, es evidente que tampoco un partido comunista debe llegar al poder democráticamente en Occidente. A veces me maravillo que haya políticos y periodistas que se asombren de que en el asesinato de Aldo Moro o en la tentativa de matar al papa Wojtyla puedan aparecer juntas pintas de sentidos políticos aparentemente opuestos: la CIA y el KGB. Y se preguntan qué tiene que ver la droga, el tráfico de armas o los petrodólares en el atentado contra un Papa. O que estén conexionados servicios secretos de Turquía, Bulgaria y d no se sabe cuántos países más y Mafia y masonería y servicios secretos y banco del Vaticano.

P.Por qué se maravilla de esta sorpresa?

R. Muy sencillo. Porque es evidente que a Estados Unidos no le interesa, por ejemplo, que el partido comunista italiano pueda entrar democráticamente a las claves del poder en un país de la OTAN. Podría, de este modo, acceder a las cláusulas secretas militares, a las patentes industriales, a los secretos sobre fabricación y distribución de armas y a las fuentes de energía: petróleo y uranio. Ni tampoco interesa a Moscú, porque la entrada, con voto popular, de un partido comunista al poder en Occidente sería la demostración de que no es necesaria la dictadura para que un partido comunista gobierne en un país fuera del Pacto de Varsovia. Y podría crear una sublevación en los sistemas comunistas de sus países satélites.

P.Y qué tenía que ver todo esto con la logia P 2 de Licio Gelli?

R. Era un instrumento magnífico para crear las bases de un golpe blanco de tipo autoritario en este país. La mejor barrera al partido comunista.

P.Y por qué se les acusa a los responsables mayores de la P 2 de haber intervenido en acciones terroristas de todo tipo?

R. Porque para poder justificar un golpe blanco es necesario crear un clima de desestabilización, de malestar popular, de miedo, de confusión ideológica y de crisis económica.

P. ¿Qué tipo de terrorismo?

R. No importa el color. Lo que importa es crear pánico y descontento. Para eso van muy bien las bombas fascistas y las de las Brigadas Rojas, el objetivo es siempre el mismo. Y cuando hace falta dinero, todo es bueno: el del Vaticano, el de los atracos, el de los secuestros, el de la venta de armas, a quienes sea, y el de la droga.

P. A la P 2 se le está achacando sobre las espaldas todo: desde el asesinato de Aldo Moro hasta el de Calvi. Ya sólo faltaría que se le acusara de haber participado en el atentado al Papa.

R. Espere un poco y todo llegará. Como le dije al principio, es necesario saber leer los pequeños detalles, los pequeños hechos de las crónicas y saber interpretarlos sin prejuicios, pero con inteligencia.

P. Me interesa lo del atentado al Papa y la P 2.

R. Empiezo por decirle que a mí personalmente el papa Woftyla me parece una persona sincera. A veces progresista y a veces conservador. Pero siempre, y por encima de todo, polaco. Creo que en su deseo muy justo de favorecer un proceso libertario en Polonia se ha echado, sin embargo, demasiado en manos de los americanos, mientras, por su parte, la Unión Soviética no pensó, en un principio, que Karol Wojtyla, que ya lo temían, hubiera empujado con tal fuerza a los católicos polacos a la revuelta. Y el peligro de poner en peligro el equilibrio de Yalta era evidente. Y esto sí podía irritar a Moscú, podía también preocupar a Washington, que al mismo tiempo podía no ayudar a Solidaridad. Y aquí, a mi juicio, entra Marcinkus y el Instituto de Obras de Religión (IOR) -Banco del Vaticano- y empieza a entrar la P 2.

P. Pero hasta ahora no ha habido ningún indicador sobre una posible implicación de la P 2 en el, atentado al Papa.

R. Porque ustedes no saben leer los hechos. Mire usted, se dice que Alí Agca actuó mandado por los búlgaros, que el ex sindicalista Luigi Scricciolo era el portavoz de las Brigadas Rojas ante los servicios secretos búlgaros. En Sofía hay detenidos dos turistas italianos acusados de espionaje. Pero Paolo Farsetti, uno de ellos, no es un simple turista. Es un funcionario de la empresa Lebole, de Arezzo, patria de Licio Gelli, quien tiene negocios con una empresa de Lebole en Rumanía. Está aún por aclarar la presencia secreta en Palermo de Sindona y la de Alí Agca antes del atentado al Papa. Y ahora se sospecha que haya podido ser el terrorista nacista Giusva Fioravanti quien asesinó a Nico Pecorelli, periodista director de la agencia O.P. primero amigo de Gelli y después su enemigo. Más aún, se sospecha que haya sido Fioraventi quien asesiné a Piersanti Matarella, el presidente de la región de Sicilia, un democristiano que estaba preparando un Gobierno regional con los comunistas. Ahora se habla también de que Mario Moretti, el personaje número uno del secuestro y asesinato de Aldo Moro estaba relacionado con los servicios búlgaros y que había ido muchas veces a Bulgaria durante el período de su larga clandestinidad antes de caer en la cárcel. Y por si esto era poco, ha sido ayer el mismo Giovanni Spadolini, ex presidente del Consejo, quien ha declarado que no habría que extrañarse si aparecieran conexiones entre Bulgaria y la P 2.

La conversación con Siniscalchi había empezado comentando el hecho curioso, que ya todos se han olvidado, de que Licio Gelli, unos meses antes del atentado al Papa mostrando a Vanni Nistico, ex jefe de Prensa del partido socialista y miembro de su logia, las fotograrias de Juan Pablo II desnudo en su alcoba, y le había dicho: "Si es fácil tener estas fotos, imagínate lo fácil que sería disparar al Papa. Es solo un problema de servicios secretos". Y Siniscalchi se pregunta por qué Gelli tenía aquellas fotos y por qué habló entonces de atentado al Papa, una cosa que, aparentemente, nada tenía que ver con su logia masónica. Y el gran inquisidor de la P 2 no quiso añadir nada más de concreto. Se levantó porque tenía que dar de comer a su gato. Y, sonriendo, volvió a repetir por enésima vez: "Acostúmbrense a leer los hechos, y a saber interpretarlos a la luz de la historia. Todo será más claro".

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