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Malestar entre la población gibraltareña por la desautorización del Gobierno británico al primer ministro de la colonia

La decisión del Gobierno británico de forzar al gibraltareño a mantener abierto su lado de la verja durante toda la noche, era ayer el tema más comentado en la colonia. Se llegó a especular, incluso, con que esta grave desautorización al primer ministro, Joshua Hassan, debería ser respondida por este conla dimisión. Hassan compareció ayer en conferencia de Prensa ante más de 50 informadores -ingleses, españoles y de otros países de Europa- para explicar por qué no dimitirá. En cualquier caso, este incidente empañó seriamente la alegría de los gibraltareños que, por otra parte, temen las consecuecias económicas que puede tener la nueva situación.

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Londres no hace comentarios

Sir Joshua Abraham Hassan estuvo dudando hasta mediodía de ayer si comparecer ante la Prensa o no. En la calle, los gibraltareños no hablaban de otra cosa que del incidente entre su primer ministro y el Foreign Office, que forzó a aquél, en las últimas horas del martes, a volverse atrás de su decisión de mantener cerrado de una a seis de la madrugada el lado gibraltareño de la verja. Joe Bossano, líder del Partido Socialista Laborista, y miembro del Parlamento gibraltareño, no dudó en calificar la actitud inglesa como un alarde de fuerza colonialista, y explicó que la situación era muy delicada para Hassan: "Sospecho que es la primera vez que se le ha ocurrido hacer algo por su cuenta, y ya se ha visto el resultado".Por su parte, Peter Isola, líder del Partido Democrático Pro-Gibraltar Británico, jefe de la oposición, y el hombre que sostiene las posiciones más pro inglesas de la colonia, se mostraba entristecido por el incidente, que tampoco a él le deja en buen lugar.

La iniciativa de mantener cerrado el lado gibraltareño fue presentada en la reunión parlamentaria del viernes por el partido que lidera Peter Isola, que cuenta con seis miembros en la Cámara. Hassan está respaldado por ocho escaños y Joe Bossano, con su única representación, completa la Cámara. La propuesta de Isola, basada en que la actitud española de abrir únicamente para el paso peatonal era insuficiente, contó con el voto a favor de Bossano pero tuvo en contra los ocho del partido de Hassan.

El sábado, cuando se supo que además de ser una apertura sólo para peatones, iba a permitir únicamente el paso de españoles y de británicos residentes en Gibraltar, Hassan cambié de idea y decidí retomar la iniciativa de Isola. Si consulta previa al Foreing Office, emitió un comunicado gubernamental explicando la intención de mantener el cierre nocturno. El martes por la tarde, el Foreing Office le obligó a abrir.

El primer ministro no pasará la verja

En su comparecencia ante la Prensa, Hassan trató de desviar el tema y anunció la entrega por parte del Gobierno británico de trece millones de libras esterlinas para el período 1981-83, ayuda que se había retrasado notablemente, con la inquietud consiguiente en la colonia. Hassan admitió que Gibraltar había solicitado dieciocho millones de libras, pero dijo que la cantidad entregada por Inglaterra no era desdeñable y que demostraba el interés de la metrópoli.Joshua Hassa manifestó que él no tiene la menor intención de pasar la verja próximamente. En cuanto a una eventual entrevista con alguna autoridad española en el Campo de Gibraltar, se limitó a señalar, explicando que no se trataba de menosprecio ante nadie, que en esta zona no hay ninguna autoridad española a su nivel.

Respecto a la desautorización británica a las restricciones horarias en la apertura de la verja, Hassan comentó: "No entra en mi idea dimitir. En un momento difícil, el pueblo necesita que yo esté en una posición fuerte". El primer ministro gibraltareño comentó que tiene el apoyo de sus siete compañeros de partido en la Cámara y que, por tanto, goza de todo el respaldo democrático que necesita. Aseguró también que el secretario del Foreing Office británico, Francis Pym, le había dado "razones extraordinarias para forzarme a esta decisión que no es del caso explicar ahora", y admitió que no había consultado su decisión antes de hacerla pública.

En cualquier caso, el incidente ha caído como un mazazo entre la población. Aquí, prácticamente nadie quiere ser español ni perder la protección de Inglaterra. La apertura, que todo el mundo supone que se irá ampliando poco a poco hasta permitir el paso total de personas y mercancías por la verja, es tanto el fin de la claustrofobia como el principio de una época de incertidumbre para unas personas que se habían acostumbrado a las ventajas del aislamiento. La irrupción desde España de productos más baratos por carretera obligará a una retransformación radical de la economía que algunos temen aquí.

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