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'El arte español de la emigración a través de Europa' se exhibe en el Grand Palais de París

El pasado fin de semana se inauguró en el Grand Palais de París la primera gran manifestación pictórica de los artistas de la emigración española en Europa occidental. Bajo el título El arte español de la emigración a través de Europa se presentan más de seiscientas obras, de doscientos pintores. El embajador de España en Francia, Miguel Solano, y el director del Museo Español de Arte Contemporáneo, Alvaro Martínez Novillo, presidieron el acto inaugural, al que asistió el ministro de Cultura francés, Jack Lang.

Hasta el próximo día 26 del presente mes, los artistas españoles de la emigración ocuparán la sala de exposiciones más espectacular y prestigiosa de Francia, el Grand Palais, la gigantesca plataforma artística que le sirve al Estado francés para ofrecerle al público, galo o internacional, los más significativos patrimonios del pasado o los frescos del arte presente que esbozan el futuro. Aquí, hace ya más de doce años, se celebró la más importante retrospectiva francesa de Picasso. Y actualmente los 3.000 metros cuadrados de esta edificación de hierro forjado y cristal de 1900, están decorados por los cuadros y esculturas de los emigrantes hispanos. A su lado, se exhibe otra exposición, la de América Latina en París.La exposición ha sido organizada por la Federación de Asociaciones de Españoles Emigrantes en Francia (FAEEF) y patrocinada por la Coordinación Europea de Asociaciones de Emigrados Españoles (CEAEE). El Gobierno español ha contribuido materialmente con dos millones de pesetas, y el francés con un millón.

Pensar e imaginar

En un catálogo que reúne las principales obras expuestas, el embajador español Solano Aza dice que "Ia emigración española en Europa no ha sabido sólo trabajar, sino también pensar e imaginar". Por su parte, el ministro francés de Cultura, Jack Lang, añade: "la emigración española, que ha dato todo a Francia en el dominio artístico, manifiesta hoy en esta exposición el dinamismo y la calidad de su capacidad creadora". Ve Lang en el hecho de que la emigración española haya elegido París para esta muestra europea "una prueba de nuestra vitalidad cultural", es decir, de la vitalidad cultural francesa.La comisaria general, Elena Rodríguez de Vera, desea que se destaque la laboriosidad y urgencia que han sido necesarias para organizar esta espectacular manifestación en tan codiciado escenario -el Gran Palais- prestado por el Gobierno francés, en París.

Alrededor de setecientos cuadros, y algunas esculturas, concurrieron al certamen, pero fueron seleccionadas poco más de seiscientas.

La selección, protestada

Sin embargo, hubo algunas protestas. Los pintores Mercedes Gómez de Pablos, Antonio Saura y Rafael, y el escultor Otero hicieron público un corto manifiesto para rechazar los criterios empleados para escoger las producciones participantes. Rafael fue incluso a la puerta de la entrada a la exposición con ánimo de protesta, pero no produjo después ningún incidente en el acto de inauguración.Participan en la exposición artistas emigrantes españoles de Bélgica, Holanda, la República Federal de Alemania, Suiza, Inglaterra, Andorra, Francia, Luxemburgo y Suecia. Muchos pintores no desean vender sus obras, pero otros sí: el precio más alto de un cuadro expuesto alcanza la cifra de 430.000 pesetas.

Todas las escuelas artísticas están representadas en el Grand Palais, desde el abstracto y el cubismo, hasta el surrealismo, el impresionismo y la nueva figuración. Pero en la mayoría de ellos se aprecia la nostalgia, en algunos las influencias foráneas pero con predominio de lo figurativo. La calidad es desigual: el aficionado y el pintor de domingo se codean con pintores que ya han superado la etapa del aprendizaje, o, incluso, son profesionales.

El Museo de Arte Moderno de la Villa de París y media docena de galerías parisienses han prestigiado la exposición de los emigrantes con el préstamo de obras relevantes de autores insignes: dieciséis cuadros de Pablo Picasso -entre los que destaca Despertar-, Los dos pierrots, de Juan Gris, Cuadro 108, de Manuel Millares, Huellas de dedos, de Antonio Tápies, la escultura de bronce Un femenino histérico y aerodinámico, de Salvador Dalí, y obras de María Blanchard, Aguayo, Antonio Pitxot, Antoni Taule, cierran el recorrido del arte de los emigrantes en Europa. El ministro francés de la Cultura, Lang, manifestó: "Me alegro que los artistas españoles, emigrantes en diferentes países de Europa, hayan elegido Francia para celebrar esta manifestación. Veo en ello una prueba de nuestra vitalidad cultural, y la certeza de un enriquecimiento a través de la indispensable confrontación con otras fuentes de creación".

Mantener la identidad

Por su parte, el representante español, destacó que el emigrante, a pesar de la separación de su pueblo y de su cultura, "ha tenido la fuerza moral suficiente para mantener, por una parte, su propia identidad y, por otra, insertarse en la sociedad que le acoge". Para la comisaria general, Elena Rodríguez, esta exposición prueba que "en cada español hay un artista, y que España no es sólo la pandereta y las castañuelas con las que se nos asimilan frecuentemente".

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