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"No están justificadas las expectativas de una fuerte depreciación de nuestra moneda"

El ministro de Hacienda, Economía y Comercio, Miguel Boyer, anunció ayer tarde en Televisión Española la devaluación de la peseta en un 8% a partir del próximo lunes, día 6. El nuévo superministro económico dijo textualmente lo siguiente:

"En el día de hoy he propuesto al presidente del Gobierno, y éste lo ha aceptado, que se autorice al Consejo del banco de España para que el lunes próximo abra las operaciones del mercado de cambios exteriores de la peseta a un tipo inferior en un 8% al vigente del día de ayer (por el viernes); esto es, a un nivel de 127,66 pesetas/dólar, dejando luego que el mercado determine libremente la cotización final de cierre". "Esta medida, aunque por su magnitud y por el sistema de cambios flotantes vigentes internacionales, es de trascendencia reducida, ha sido profundamente meditada desde hace varias semanas y consultada con el Banco de España, aunque la decisión final se ha tomado con rapidez y discreción, como exigen siempre estas actuaciones"."Las razones principales que nos hacen considerar aconsejable tal medida son, por una parte, que al no haber tenido éxito la lucha contra la inflación en los dos últimos años, se ha ido agrandando la brecha entre nuestra inflación y la media de los países de la CEE, por lo que hemos ido perdiendo competitividad en nuestras. exportaciones a esos países; por otra parte, aunque hemos ganado en competitividad respecto al comercio exterior en dólares, ello había sido porque el dólar estaba sobrevalorado a causa de los altos tipos de interés en EE UU, ahora comienza a bajar el dólar y podríamos perderla de nuevo, con grave riesgo para nuestras exportaciones y para el déficit de la balanza de pagos, que queremos reducir el año próximo". "El reajuste necesario podría haberse hecho, no de una manera brusca, sino por una baja paulatina del tipo de cambio de la peseta a lo largo de los meses próximos, lo mismo que ha venido ocurriendo todo este año, en el que la peseta se ha depreciado respecto al dólar en un 20%, más del doble de lo que implica el nuevo reajuste del 8%; yo mismo hubiera preferido este sistema, y me he expresado recientemente en este sentido varias veces, aunque la prudencia en un tema tan delicado como este obliga a un ministro de Economía a pronunciarse así en cualquier caso. Sin embargo, hemos optado finalmente por zanjar el desajuste que quedaba en un solo movimiento rápido".

"En primer lugar, porque nuestra intención general es sanear de entrada los desequilibrios que encontramos al comenzar el mandato del Gobierno socialista; en segundo término, porque los agentes que operan en los mercados de cambios internacionales, conociendo el desajuste de precios existente, sabiendo que hay subidas de precios artificialmente embalsadas y retrasadas por el Gobierno anterior, y dudando también -injustificadamente- de la firmeza de un Gobierno socialista para combatir la inflación, han mantenido en los últimos meses y semanas unas expectativas exageradas respecto a la depreciación necesaria de la peseta, determinando salidas de divisas que hay que atajar cuanto antes drásticamente".

"Debo decir que esas expectativas me parecen absolutamente injustificadas, y que están fundadas en un error si se basan en el supuesto de que el Gobierno socialista va a desarrollar una política económica incompatible con la estabilidad monetaria. y la defensa del valor de la peseta; el Gobierno va a realizar el esfuerzo necesario para impulsar el cambio de nuestra economía y combatir el mal social del paro; pero va a hacerlo con una política prudente, con una política dionetaria disciplinada, que se propondrá mantener el ritmo de crecipliento de la cantidad de dinero en torno a un 13%, para el próximo año, suficiente para financiar la expansión del sector privado; con una política fiscal que se esforzará por contener el déficit público, que tan rápidamente ha crecido en los últimos años, y con un esfuerzo por moderar los costes, de modo que la tasa de inflación se reduzca paulatinamente y descienda del orden de tres puntos".

"La instrtimentación de esta política monetaria y de contención del déficit público exige la elevación del coeficiente de caja de la banca en un punto, para no tener que hacerlo a través de la emisión de deuda pública a corto plazo, lo que elevaría considerablemente los tipos de interés, y contrariamente a nuestro propósito de favorecer su baja, para mejorar tanto la situación de las empresas como los gastos corrientes del Estado".

"Con este fin, también hemos cursado instrucciones para que se estudie el funcionamiento de los actuales coeficientes de inversión obligatoria de las entidades financieras -tal como estaba anunciado en nuestro programa-, para mantener un volumen suficiente de financiación a largo plazo, no sólo para el sector público, sino para la emisión de acciones y valores del sector privado".

"Quiero afirmar mi convicción de que ni la situación actual de la econdmía, ni sus tendencias básicas, ni la política económica programada para el próximo futuro justifican unas expectativas de acusada depreciación de la pesetas, y que incluso una depreciación en los momentos actuales puede verse invertida respecto de algunas monedas, como el dólar, a consecuencia del juego de los mercados en los próximos meses".

"No hay, sin embargo, fenómeno tan perturbador y que imponga mayor distracción sobre los verdaderos problemas de la economía ni mayores restricciones del desarrollo de la política económica que el mantenimiento de unas expectativas de depreciación de la moneda en el mercado.de cambios; la historia de muchos países ofrece excelentes y penosos ejemplos".

"Por ello, el Gobierno ha decidido que el mercado de cambios busque la cotización que apacigüe la tensión sobre la peseta, en la confianza de que, dada la flexibilidad de aquél, los operadores -que han de sopesar seriamente los riesgtos de sufrir pérdidas tendrán en cuenta las tendencias reales y depurarán con más cuidado los falsos diagnósticos. Nosotros desarrollaremos la política económica programada, haciendo un esfuezo, y solicitándolo de toda la sociedad española, para al canzar los objetivos expuestos en la declaración inicial hecha por el presidente del Gobierno en su discurso de investidura".

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