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El nuevo Gobierno

Director de cine frustrado y economista de prestigio

"Yo hubiera querido ser director de cine, que era lo que me gustaba cuando terminé preuniversitario, y no la economía, que no me llegó a interesar hasta que conocí al profesor Rojo en el tercer año de carrera". Carlos Solchaga nació hace 38 años en Tafalla (Navarra), hijo de un modesto funcionario de ayuntamiento y una obrera de sastrería afiliada a UGT. El nuevo ministro de Industria estudió bachillerato en los Escolapios de Tafalla y en el Instituto de Pamplona."No me atreví a decirle a mi padre, una vez terminado el preuniversitario, que no quería estudiar ciencias y que prefería una carrera de letras. Eramos cuatro hermanos y mi padre tenía que pluriemplearse como agente de una compañía de seguros para darnos estudios". Decidió hacer Económicas con la idea de realizar posteriormente estudios de dirección de cine. Entonces exigían para ingresar en la Escuela de Cinematografía estar en posesión de un título universitario. "No estudiaba mucho porque no me interesaba, solo lo suficiente para aprobar".

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En tercer curso, de la mano del profesor Rojo, Solchaga aprendió que las curvas de los textos se relacionaban con los modelos de sociedad, descubrió las teorías de Keynes y vió por primera vez que lo que estudiaba tenía alguna relación con la vida real. "A partir de ahí comenzó mi interés por la carrera que estudiaba y mi relación con Rojo, que una vez terminado el doctorado el 1968 me proporcionó primero un contrato en Planificación del Desarrollo y luego me llevó con él, al dejar Mariano Navarro Rubio el Ministerio de Hacienda para pasar al Banco de España, a su recien creado servicio de estudios. Hicimos las oposiciones en aquella época Raimundo Ortega, Madroñero y yo".

Solchaga comienza a participar en las manifestaciones antifranquistas de la Universidad una vez terminada la carrera, ejerciendo ya como profesor, y "desde una desconfianza absoluta hacía los partidos organizados". "Era troskysta, probablemente como reacción ante el estalinismo".

En el servicio de estudios del Banco de España permanece desde 1967 hasta 1974, se especializa en temas de economía internacional y llega a ocupar la jefatura de sección de Balanza de Pagos y Economía Internacional. Comisionado por el banco permanece una temporada en el Banco de Pagos de Basilea, asiste en sustitución del profesor Rojo a la Reunión de los Veinte para la Reforma del Sistema Monetario, y cursa estudios especiales en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

En 1974, con Fernández Ordoñez en la presidencia del INI, le llama Miguel Boyer para que se incorpore al servicio de estudios del holding. La crisis de Pío Cabanillas, la salida de Barrera de Irimo, y la dimisión de Férnandez Ordoñez, precipitan los acontecimientos y Solchaga apenas permanece siete meses en el INI. Es a finales de ese año cuando de la mano de Boyer ingresa en el PSOE.

Vuelve al Banco de España y comienza una etapa de crisis interna. "Me siento un alto funcionario que hace papeles muy importantes que no sirven para nada. Siento la necesidad de poder ejecutar lo que pienso, y las conversaciones con Boyer y mi propia evolución interna me llevan a darme cuenta que si quiero hacer algo tengo que hacerlo desde una estructura organizada". Pedro de Toledo le pide a Rojo un hombre para el servicio de estudios del Banco de Vizcaya y Solchaga se va a Bilbao en mayo de 1976.

En 1979, tras haber participado como uno de los representantes del PSOE en la elaboración del proyecto de estatuto vasco, se presenta como número dos del PSOE al Congreso por Alava y no sale. Era desde febrero de 1978 miembro de la ejecutiva del partido en Euskadi. Ocupa durante diez meses la consejería de Comercio del Consejo General Vasco, y en abril del 80, casi por carambola, logra el escaño por renuncia del número uno, José Antonio Aguiriano, que se presenta al Parlamento vasco. Tiene suerte, pronto se producen los debates que culminarán en la caída de Suarez, y de ser un desconocido, en base a dos o tres intervenciones en estos plenos, se convierte en diputado revelación.

Carlos Solchaga, casado con una economista que trabajaba como economista en una entidad bancaria, tiene dos hijos y ninguna afición especial. "Tengo fama de noctámbulo, pero es que a mi nunca se me acaba el día y sí estoy tomando una copa a gusto con unos amigos nunca soy el primero en decir que hay que marcharse. De todos modos, cuando hay que madrugar, madrugo".

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