Reticencias aliadas ante los planes de modernización de la OTAN
Los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica estudiaron ayer, en Bruselas, las propuestas del Comité Militar de la OTAN para la modernización del arsenal convencional aliado. La reunión continuará hoy, pero puede adelantarse que no existe unanimidad entre los países europeos al respecto, debido fundamentalmente al alto coste económico de la operación. La reunión de ayer estuvo marcada, además, por un nuevo enfrentamiento entre Grecia y Turquía, a causa de las violaciones del espacio aéreo griego, que fueron denunciadas por el primer ministro griego, Andreas Papandreu.Las propuestas de modernización del arsenal convencional fueron presentadas por el comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, el general norteamericano Bernard W. Rogers, y respaldadas por el Comité Militar en pleno.
Los portavoces aliados insistieron repetidamente en que las propuestas no implicaban, en ningún caso, un cambio en la actual doctrina de defensa de la OTAN, que prevé la utilización de armas nucleares en caso de agresión. De hecho, los ministros de Defensa ratificaron, el pasado martes, su voluntad de instalar los euromisiles a fines de 1983, si no prosperan las negociaciones de Ginebra.
El secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, explicó los planes de modernización del arsenal convencional estadounidense y afirmó que los nuevos avances electrónicos y de mando a distancia podrían tener una gran influencia en el futuro de la defensa de Occidente. Weinberger aludió en concreto al sistema de misiles de crucero que, con carga convencional, tiene una precisión desconocida hasta hoy día, puede actuar en cualquier tipo de condiciones climatológicas, noche y día, y alcanza objetivos muy lejanos, detrás de las líneas enemigas
Para los ministros europeos, el principal problema que plantean estos planes es el económico. La defensa convencional es especialmente cara, y los europeos no han sido capaces, hasta el momento, de respetar el objetivo de la OTAN de aumentar sus gastos militares en un 3% anual. Las pro puestas de Rogers supondrían aumentar ese techo hasta el 4%, lo que parece imposible a muchos países aliados. Diplomáticos europeos afirman que la OTAN ha gastado, en 1981, la escalofriante cifra de 273.000 millones de dólares en el capítulo bélico, y que dicha cifra será aún mayor en 1982.
La reunión se vio interrumpida por una intervención del primer ministro griego, Andreas Papandreu, que desempeña también la Cartera de Defensa. Papandreu lanzó "graves acusaciones" contra Turquía, culpable, según Grecia, de veintitrés violaciones del espacio aéreo de su vecino en sólo dos días. El ministro turco negó las acusaciones, pero el enfrentamiento puso de relieve un empeoramiento en las relaciones de los dos países miembros de la OTAN.
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