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La investidura del presidente

Los miembros de la ejecutiva del PSOE pidieron a Guerra que aceptara la vicepresidencia del Gobierno

Los miembros de la ejecutiva federal del PSOE, reunida el pasado, viernes, pidieron unánimemente a Alfonso Guerra que aceptara el cargo de vicepresidente del Gobierno que le ofrecía Felipe González, según se supo ayer por las declaraciones efectuadas por Ramón Rubial y otros miembros de la dirección. La presencia en el Gobierno del vicesecretario general del PSOE ha sido valorada como "muy positiva" por los socialistas catalanes, vascos y andaluces consultados por este periódico. Luis Yáñez afirmaba, en este sentido, que la incorporación de Guerra al primer Gabinete socialista "es una garantía de que las posiciones del socialismo tradicional serán bien defendidas en el Gabinete".

La confirmación de que la ejecutiva federal del PSOE había pedido a Guerra que aceptara el cargo de vicepresidente del Gobierno se producía ayer al declarar el presidente del partido Ramón Rubial a EL PAÍS: "Me alegro de que finalmente Alfonso Guerra haya sabido valorar la importancia del sacrificio que le pedía Felipe González y los argumentos unánimes de la ejecutiva del partido en el mismo sentido". Esta afirmación fue posteriormente corroborada por otros miembros de la ejecutiva quienes puntualizaron, no obstante, que no se había producido una petición formal ni votación al respecto. "Aunque los miembros de la ejecutiva respetaban su decisión de reflexionar durante unos días", declaró ayer uno de ellos a nuestro periódico, "lo cierto es que había un deseo unánime de que aceptara el cargo y de hacer le ver lo importante que era para el partido su presencia en el primer Gobierno socialista".Con todo, ayer se mantenían las dudas sobre las razones reales que llevaron a Alfonso Guerra a resistirse hasta el último momento a aceptar la vicepresidencia del Gobierno ya que él sigue negándose a hacer declaración alguna al respecto. Distintos miembros de la dirección consultados no se ponían de acuerdo sobre la explicación de la espantá de Guerra, aunque insistían en que son infundados los rumores que apuntan a diferencias políticas y estratégicas surgidas entre Felipe González y Alfonso Guerra sobre la composición del Gobierno y sobre la presencia incluso del segundo en el primer gabinete socialista.

"Razones personales" y no de índole política o estratégica habrían movido a Alfonso Guerra a dudar hasta el último momento sobre la aceptación del cargo de vicepresidente del Gobierno que le había ofrecido Felipe González", según manifestaron ayer a EL PAÍS personas próximas al vicesecretario del PSOE. Las mismas fuentes indicaron que "cualquiera que conozca bien a Alfonso sabe que no le gusta en absoluto la parafernalia del poder y que le agobian las servidumbres de un cargo como el que se le ha ofrecido". Esta misma persona no explicó en cambio porque estas reticencias aparecen justo en el momento en que la lista está prácticamente cerrada.

Otras fuentes de la ejecutiva afirmaban ayer que "en ningún momento hemos dudado que Guerra acabaría aceptando el cargo de vicepresidente aunque probablemente pensaba que desde el partido o desde el grupo podía apoyar de una forma más satisfactoria al Gobierno".

Una decisión "muy positiva"

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La presencia de Alfonso Guerra en la vicepresidencia del Gobierno ha sido acogida con satisfacción entre los socialistas catalanes, vascos y andaluces consultados. En opinión de Ramón Rubial, presidente del PSOE, -y uno de los componentes de la gestora que dirigió el partido tras la crisis del XXVIII Congreso-, la aceptación por parte de Alfonso Guerra de la vicepresidencia del Gobierno es "una excelente noticia", ya que "lo fundamental es ahora la acción de gobierno, y no resultaría coherente que alguien de su talla, con temple para afrontar los más difíciles problemas, rehusase responder positivamente al llamamiento que ha hecho Felipe González, no ya a los militantes del partido sino a toda la sociedad española para apoyar una política de cambio que tiene que ser, antes que nada, un cambio en la forma de gobernar".Josep Verde Aldea, diputado del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE) y vicepresidente del Congreso de los Diputados consideraba ayer que "tanto la solución de Alfonso Guerra al frente del partido o la de Alfonso Guerra como vicepresidente del Gobierno eran buenas.

Pero no hay duda que el tandem Felipe Alfonso al frente del Gobierno es una muy buena dirección del Gabinete; es una combinación que ha funcionado bien y que seguirá funcionando. La presencia de Guerra en el Gobierno desligará a Felipe de las tareas de coordinación del equipo, como ya hacía en el partido". Diversas fuentes del PSOE de Andalucía consultadas por EL PAÍS coincidían ayer en afirmar que el nombramiento de Guerra contribuye notablemente a equilibrar un gabinete excesivamente impregnado de moderación en alguna de sus figuras más destacadas. "La aceptación de Alfonso Guerra ha producido una satisfacción tan amplia como la preocupación que existía ante la posibilidad de que no estuviese en el Gobierno", confesaba el presidente del PSOE de Andalucía, Luis Yáñez, añadiendo que este sentimiento era unánime entre los socialistas de la región andaluza.

Aunque el presidente regional socialista se negó a hacer comentarios, ha podido saberse que la anunciada composición del Gobierno socialista sin Alfonso Guerra había provocado descontento en las organizaciones andaluzas, a causa de la presencia de ministros muy moderados y, de forma especial, por la de Miguel Boyer al frente del poderoso Ministerio de Economía, Hacienda y Comercio.

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