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Shimon Peres asegura estar dispuesto a ceder la dirección del Partido Laborista israelí al presidente Itzhak Navon

"Si Itzhak Navon se declarase dispuesto a dirigir el Partido Laborista en las próximas elecciones legislativas, Shimon Peres le dejaría la dirección del laborismo". Esto es lo que declaró en sustancia el máximo dirigente de la izquierda israelí, Shimon Peres, de 59 años de edad, en una reciente reunión con militantes de su partido celebrada recientemente a puerta cerrada en la localidad de Nethanya.

Esta sorprendente concesión de Shimon Peres pondrá, si se llega a poner en práctica, un punto final a la eterna lucha por el control del partido que enfrenta al máximo dirigente laborista con su número dos, el ex primer ministro Itzhak Rabin.Preguntado ayer por el diario Jerusalem Post, Shimon Peres opuso un mentís poco convincente a sus declaraciones de Nethanya afirmando que habían sido citadas "fuera del contexto" y su rival Itzhak Rabin se negó, por su parte, a hacer comentarios mientras el máximo dirigente laborista no se pronunciase públicamente sobre la oportunidad de la candidatura de Navon.

La rivalidad entre los dos principales dirigentes laboristas compromete seriamente los resultados electorales del Partido Laborista en unas eventuales elecciones anticipadas que el primer ministro israelí, Menájem Beguin, desea convocar. Por este motivo numerosos cuadros y militantes del partido deseaban encontrar a un tercer hombre para hacerse cargo de la dirección en vísperas de los comicios.

Las declaraciones de Peres en Nethanya han sido acogidas favorablemente por las bases laboristas, cuyos miembros han publicado numerosos artículos y peticiones en la Prensa pidiéndole que vuelva al Partido Laborista, del que ya fue miembro.

Itzhak Navon, presidente de Israel, político honrado, muy culto y experto diplomático, cuyas cualidades son reconocidas por todos y que pertenece, además, a una gran familia sefardí instalada desde hace siglos en Jerusalén, sería el candidato ideal para sustituir a Shimon Peres, cuya imagen no es excesivamente favorable en la opinión pública.

No estaba claro, sin embargo, si Itzhak Navon preferirá, como le permite la ley, solicitar un segundo mandato como presidente. El actual jefe de Estado ha anunciado, en todo caso, que sólo tomará en febrero una decisión al respecto. Su mandato expira en abril de 1983.

Pero es un secreto a voces que las dudas de Itzhak Navon sólo eran imputables al hecho de que ni Peres ni Rabin se habían hasta ahora pronunciado públicamente sobre la oportunidad de su candidatura a la dirección laborista, y lo ocurrido en Nethanya puede inclinar su decisión.

En caso de que el primer ministro Beguin resulte comprometido en la matanza en septiembre cientos de refugiados palestinos en los campamentos de Sabra y Chatila, en la periferia sur de Beirut, cuando se publiquen en enero las conclusiones de la comisión de investigación israelí encargada de esclarecer los hechos, el Partido Laborista no podría sacar provecho electoral de esta situación.

Las cosas ser tan, sin embargo radicalmente diferentes si Itzhak Navon encabezase la lista electoral laborista, y, conseguiría probablemente ganar las elecciones y, más aún, reunir en torno a su persona al pueblo de Israel, actualmente enfrentado no sólo por un grave conflicto ideológico, sino también por las crecientes diferencias entre judíos de origen sefardí y ashkenazi.

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