El fracaso de la 'cumbre' de Trípoli pone de relieve la división de los países africanos
La decimonovena cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA) no se celebrará, al menos en Trípoli. Por segunda vez consecutiva, el jefe del Estado libio, coronel Muamar el Gadafi, falló en sus intentos por lograr el quórum de 34 países presentes que necesitaba para que la convocatoria tuviera efecto legal. Debido a ello, no será presidente de la organización, minada por sus disensiones internas. El keniata Daniel Arap Moi prolongará su mandato hasta que pueda reunirse válidamente una próxima cumbre.
"Señores periodistas", decía a la una de la madrugada del viernes el portavoz oficial de la OUA, Peter Onu, "como ustedes saben ya, no ha sido posible llevar a cabo la XIX cumbre de la OUA. A pesar del compromiso logrado a propósito de la representación del Chad", añadía. "Sólo treinta Estados miembros están dispuestos a tomar parte en esta cumbre. Alto Volta anunció a última hora que vendría, pero ello no habría servido, pues sólo habrían sido 31 los países presentes, una cifra insuficiente, de acuerdo con la carta de la OUA".Una resolución final fue, sin embargo, adoptada confirmado el mandato del presidente Daniel Arap Moi y reconduciendo el del secretario general, Edem Kodjo, y sus adjuntos hasta la próxima cumbre. Más importante aún, la declaración final urge a los Estados miembros el pago de sus contribuciones a la organización para que ésta, que tiene ya un déficit de casi dos presupuestos anuales, pueda continuar funcionando.
Se ha creado asimismo un comité de contacto que debe llevar a cabo un nuevo intento de reunir otra cumbre ordinaria. Lo integran doce países, presididos por Kenia, que son: Tanzania, Zambia, Mal¡, Congo, Libia, Mozambique, Nigeria, Etiopía, Uganda, Angola y Lesoto, para cuya acción, sin embargo, no se ha fijado fecha, ni plazo, ni programa.
En una declaración final ante los jefes de Estado presentes en Trípoli, reunidos el jueves por la noche por última vez, el coronel Muamar el Gadafi culpó a Estados Unidos y Francia de haber socavado los cimientos de la unidad africana, y dijo que, de todas maneras, y a pesar de los dos fracasos consecutivos, Libia considera un éxito el haber podido reunir en Trípoli a treinta jefes de Estado. Añadió que está dispuesto a llevar a cabo un tercer y cuarto intento, si es necesario, por reunir la decimonovena cumbre.
Lo que parece inquietar ahora a algunas delegaciones de países africanos, después de este fracaso, es la radicalización casi inmediata que se ha producido por parte de los países progresistas. Cuatro de ellos, Libia, Etiopía, Madagascar y Mozambique, informaron a sus colegas en el transcurso de la reunión informal del jueves, que retiraban la concesión que entendían haber hecho al aceptar un compromiso sobre el Chad. Es de suponer que esta actitud, al menos en lo que a Libia concieme, se traduciría en un crecido apoyo a la fracción de Ukuni Uedei contra el Gobierno de Hissen Habre, y tal vez en una nueva escalada en Chad, agotado ya por una guerra que ha durado más de veinte años.
El Consejo de Ministros de la OUA celebró ayer por la mañana una reunión -informal, por supuesto-, al término de la cual se dio a conocer una declaración que reitera los puntos principales ya expuestos por el portavoz de la OUA de la víspera, e invita a los países africanos a encontrar de nuevo el camino de la unidad y la cooperación.
Como ha sido habitual a lo largo de estos tres días de reuniones informales de los jefes de Estado, en la madrugada del viernes se produjo un nuevo embotellamiento de jefes de Estado a la salida del palacio de conferencias de Nairobi. Muamar el Gadafi, que había sido de los primeros en salir, el rostro visiblemente serio por las circunstancias de su segundo fracaso personal, fue inmediatamente rodeado por un centenar de enardecidos partida.nos que, puño en alto, gritaban consignas revolucionarias.
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