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La CEE rechaza, en duros términos, las presiones de Estados Unidos para incluir la agricultura en el sistema GATT

La Comunidad Económica Europea (CEE) rechazó ayer, en duros términos, los continuos esfuerzos de Estados Unidos para incluir el capítulo agrícola dentro de la declaración final de la Conferencia ministerial del GATT, (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) que debería terminar hoy en Ginebra. El presidente del Consejo de la CEE, el danés Uff Ellemann Jensen, manifestó que la Comunidad Económica Europea considera "inaceptable" la redacción actual del documento final elaborado por la Conferencia del GATT, ya que su aceptación sin posibilidad de modificaciones pondría en peligro la esencia misma de la CEE y el concepto de la Europa verde.

La firme declaración comunitaria, que no hace más que ratificar la postura expresada el pasado lunes por el Consejo de Ministros que la CEE celebró en Bruselas, hace presagiar un desenlace sombrío a la Conferencia ministerial del GATT, el primer intento en diez años de los 88 países firmantes del Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio para poner un freno a las tendencias proteccionistas crecientes en el comercio mundial."La Comunidad Europea no puede firmar su propio suicidio", declaró ayer un alto representante de la delegación de los diez. La pretensión norteamericana de incluir en el texto final de la Conferencia un compromiso para establecer un grupo de estudio que, en el plazo de dos años, acabe con los subsidios a la exportación agrícola, era considerada en medios comunitarios como una "bomba de tiempo" contra el concepto mismo de la Europa verde, un mecanismo por el que la CEE ayuda a los agricultores por medio de distintos típos de subsidios.

Congresistas 'halcones'

La delegación norteamericana, reforzada con un grupo de congresistas halcones, había amenazado con desencadenar una auténtica guerra comercial en el frente agrícola si la CEE no aceptaba el estudio sobre una eventual desaparición de los subsidios agrícolas. Ayer, portavoces comunitarios, incluido el presidente del Consejo de Ministros, calificaron de "pura demagogia" las amenazas directas de Washington, ya que cualquier acción en tal dirección llevaría al comercio mundial a un práctico estancamiento y desencadenaría una situación irreversible en la que todos perderían.

El tema agrícola, en el que existen posturas totalmente contrapuestas entre Washington y Bruselas, se había convertido anoche, en el tercer día de la Conferencia ininisterial, en el problema central que obstaculizaba una feliz conclusión del en cuentro comercial internacional. No sólo había dejado en un se gundo plano a otros importantes problemas de comercio mundial, sino que incluso había converti do la Conferencia en un foro de discusiones bilaterales entre las dos principales potencias comerciales del sistejuna GATT.

Los países del tercer mundo, en cuyo bloque: se encuentra sorprendentemente incluida Espa¡la, habían si,do relegados al mero papel de convidados de piedra, pese a que la naturaleza de sus demandas comerciales frente al norte superan, en algunos casos, la importancia de la disputa agrícola atlántica. La delegación española incluso abandonó con antelacíón el foro ginebrino y regresó a Madri.d anticipadamente, dejando sólo presentes en la ciudad suiza a sus delegados permanentes.

La tercera jornada de la Conferencia se inició ayer con un desayuno que duró ocho horas. Celebrado en un liotel del centro de la ciudad, los representantes de Estados Unidos, Canadá (presidente de la reunión), Japón, tres miembros de la CEE, más tres países en desarrollo (India, Filipinas y Brasil') consiguieron hac,er avanzar, con un lenguaje de compromiso, la práctica totalidad de los capítulos que se ha previsto incluir en el texto final de la declaraciosn, incluyendo salvaguardias, servicios, resolución de disputas, declaración política y otras materias.

Pero el capítulo agrícola, donde Estados Unidos quiere un compromiso piara establecer un calendário de desaparición de los subsidios a las exportaciones agrícolas, tropezó con la firme postura comunitaria. El Consejo de Ministros de la CEE, reunido a primeras horas de la tarde, suspendió sus deliberaciones sólo para comunicar a la Prensa "su total rechazo" de la declaración final propuesta, ya que ésta no dejaba espacio a las posteriores modificaciones y exigía compromisos previos sobre el resultado final del grupo de trabajo que se creaba dentro del GATT.

Situación dramática

El Consejo de Ministros se volvió a reunir horas después para fijar su posición definitiva "a la luz de la reacción norte americana a su firme declaración". Las negociaciones entra ron de lleno en la noche y estaba previsto que se reanudaran, "si había acuerdo", a las 11.00 horas de esta mañana. "Nunca he visto una situación tan dramática y tan tensa", declaró un observador constante de las relaciones atlánticas. "Hemos topado, claro está, con la agricultura y con los votos", añadió.

Curiosamente, casi la totalidad del resto de los capítulos tenían ya una redacción prácticamente consensuada (el consenso es el mecanismo único de toma de decisiones en el GATT). Tanto en servicios como salvaguardias y resolución de diferencias tenían una composición verbal que, quizá con ciertos retoques del lado político hubieran sido adoptadas.

En salvaguardias, el proyecto de declaración final aceptaba las condiciones establecidas para el mantenimiento de las mismas en el comercio GATT (la cláusula permite a un país suspender intennamente las normas arancelanas del Acuerdo General). Estas condiciones hacían referencia a la selectividad, transparencia y compensación, aunque se establecía un período de unos ocho meses, antes de julio de 1983, para elaborar un informe sobre sus efectos y aplicaciones.

En la solución de disputas dentro del GATT, se acordaba que, una vez establecido el mecamsmo para la resolución de las disputas bilaterales, no se podría obstaculizar el proceso por los medios tradicionalmente utilizados.

En servicios, donde el tercer mundo ha expresado su más firme oposición, junto a Francia y Espafía, se consensuaba un retraso de dos años en la consolidación final del problema, pero se aceptaba un compromiso de evaluar la introducción del capítulo de servicios (banca, tecnología, finanzas, etcétera) Por cada país.

Pese a estos acuerdos propuestos por los técnicos del GATT, la oposición europea, no sólo al capítulo agrícola, sino a modificar la filosofía bajo la que se convocó esta Conferencia hace prever que los resultados de esta reunión van a ser muy escasos. En entredicho está, como expresó el ministro francés de Comercio Exterior, Michel Jobert, en saber "para qué nos hemos reunido aquí: si para hacer respetar las normas anteriores o para establecer otras nuevas". En cualquiera de los casos, "esta Conferencia es inútil e inoportuna", añadió, "si se tiene en cuenta que el problema no está en el comercio mundial sino en la aguda crisis intemacional".

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